Alfredo aguilar

Los 48 días de mascarilla obligatoria en la calle acaban con casi 50.000 contagios en Granada

Los expertos muestran dudas ante la efectividad real de una medidaque no ha evitado la explosión de casos por ómicron

Miércoles, 9 de febrero 2022, 00:43

Los granadinos podrán mañana quitarse la mascarilla en la calle 48 días y casi 50.000 contagios después. El Gobierno de España, a través de su Consejo de Ministros, aprobó ayer levantar la obligatoriedad de llevar el protector buconasal en el exterior. Una medida que ... ha sido siempre polémica y que entró en vigor en pleno ascenso de la sexta ola, cuyo impacto en Granada o en el resto de España es por todos conocido.

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Los detalles que se han ofrecido por el momento respecto a esta decisión gubernamental es que el cubrebocas fuera solo será obligatorio en los eventos públicos multitudinarios –como por ejemplo los conciertos– en los que no se pueda guardar una distancia interpersonal de más de metro y medio. El resto vendrá detallado hoy en el Boletín Oficial del Estado (BOE), en el que también se precisará el final de la mascarilla en el patio de los colegios. Algo que ayer mismo confirmó la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, con estas palabras: «Esta vez sí, los niños y niñas podrán jugar sin las mascarillas. Han dado un gran ejemplo de responsabilidad y será una gran noticia para ellos, sus maestros y sus padres y sus madres», señaló la representante estatal.

Desde el pasado 24 de diciembre era obligatorio llevar la mascarilla en la calle salvo para hacer deporte. Una medida que, como se ha dicho, fue en su día muy criticada, pero que llegó a ser solicitada incluso por la propia Junta de Andalucía ya desesperada a mediados de diciembre como consecuencia de la conquista de ómicron.Si este incremento exponencial de infecciones se ha visto o no minimizado por la extensión del uso de las mascarillas es prácticamente imposible de saber, pero lo cierto es que en su periodo de vigencia se han contabilizado en Granada, a falta del dato de hoy, un total de 46.252 positivos. Una cifra que poco tiene que ver con los 48 días anteriores a la entrada en vigor de la norma, donde se registraron tan solo 7.800. Entonces no aún no había llegado la nueva variante. Eran tiempos de delta, la cepa anterior que causó 25.707 casos entre el 26 de mayo y el 24 de diciembre, último periodo en el que se permitía estar en la calle sin cubrebocas.

«Llevar mascarilla fuera y quitársela en el bar es como ponerse casco para pasear y quitárselo en la moto»

Aurora bueno

Catedrática de Medicina Preventiva

La pertinencia de esta medida apenas divide a los expertos, que en su mayoría creen que ha sido ineficaz o incluso una decisión sin «ningún sentido», en palabras de la catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Granada, Aurora Bueno. «Tendremos que darle las gracias alGobierno», ironiza esta experta, que nunca ha entendido por qué se tomó esta decisión, a su juicio, «cosmética»: «No sé por qué se adoptó, pero creo que respondía a cualquier interés diferente que al de velar por la salud pública», apunta.

Para ella, ponerse la mascarilla en la calle en cualquier contexto para luego quitársela en un bar, por ejemplo, es un contrasentido similar a «pasear con un casco puesto y después quitárselo cuando se coge la moto», cuenta esta mujer, que aboga por el sentido común, que es lo que cree que debería apelar el Gobierno a partir de ahora. Asu juicio, hay que ir recuperando la normalidad, pero manteniendo la «prudencia», algo que pasa, opina, por proteger a los más vulnerables y «aprender» de la experiencia que se ha adquirido.

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«Yo la hubiera mantenido hasta que no hubieran pasado varias semanas sin contagios»

José Martínez Olmos

Experto en Salud Pública

El decano del Colegio de Médicos de Granada,Jorge Fernández Parra, tampoco estaba de acuerdo con esta medida, que la creía «absurda». Opina que la mascarilla en exteriores no ha sido útil para evitar contagios, pues es en interiores, dice, donde el virus se trasmite con mucha más facilidad, sobre todo en aquellos lugares cerrados con «escasa ventilación y con aglomeraciones de personas». Para Parra, también resulta una incógnita los motivos por los que el Gobierno extendió su uso. Cree que el problema es «no tener un grupo de expertos. O si los tienen, no hacer caso de sus opiniones», pues, como dice, estos vaivenes repentinos conllevarán que, a la fatiga pandémica, se le una la «desconfianza» con las medidas impuestas por las administraciones.

«La mascarilla no ha sido eficaz en el exterior porque los contagios sobre todo se dan en lugares cerrados»

Jorge Fernández Parra

Decano Colegio de Médicos

Pero no todas las voces van en la misma dirección, el médico y experto en Salud Pública José Martínez Olmos no quiere que nadie se olvide del contexto en el que se aprobó: en plena sexta ola, en uno de los momentos más complicados de esta crisis. «Hay que mirar las cosas con perspectiva.No se puede saber bien cuál ha sido su impacto real, pero sí fue un punto más de control», señala el también profesor EASP. Para él, resulta claro que la decisión no se tomó con el fin de frenar el virus, pues para esto habría sido necesario aprobar restricciones más duras, sino que la intención era dar un toque de atención a la ciudadanía para que entendiera la gravedad del momento. Aunque reconoce que la situación es mejor, este profesor habría aguantado algo más con ella, al menos «hasta que no hubieran pasado varias semanas sin contagios», explica él, que recuerda que el virus sigue fuerte e insta a ponerse la mascarilla en cualquier caso si no hay distancia.

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