Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sergio González Hueso
Granada
Lunes, 12 de abril 2021, 00:34
La vida de Luis no es fácil desde que se las vio con el coronavirus SARS-CoV-2. Era aparejador y deportista. «Lo llevaba ... todo para adelante», como él mismo dice entre accesos de tos seca. Pero hoy ni siquiera es una sombra de lo que solía ser antes de aquel fatídico marzo de 2020, el mes en el que se contagió. Más de un año después tiene fatiga, dolor de cabeza; ha perdido el olfato y el gusto y a veces no es capaz de hilar ni tres palabras seguidas sin ahogarse.
Estas son tan solo algunas de las heridas que arrastra tras su batalla contra la covid-19, una infección de la que algunos salen maltrechos, como él. No es el único, en lo que va de pandemia los hospitales de Granada han tenido que tratar y hacer seguimiento a un total de 6.548 pacientes con secuelas graves, lo que representa el 8,7% de las personas que han tenido el virus en Granada, según los registros oficiales.
Noticia Relacionada
Son los datos que ha podido recabar este periódico con la ayuda de los cuatro principales centros hospitalarios de la provincia, desde donde alertan de que aún se desconocen muchos detalles sobre esta enfermedad infecciosa. Dos de las preguntas que aún están por responder son: por qué la afectación entre pacientes es tan desigual o cuánto tiempo necesita un organismo para borrar todas las huellas físicas que le ha dejado el virus.
La lista de efectos perniciosos que se heredan de la enfermedad es larga. Además, no solo los padecen quienes han tenido un cuadro clínico severo, muchos que requieren tratamiento posterior han pasado el virus en casa, sin muchos sobresaltos. De la existencia de las secuelas se sabe prácticamente desde que se dio el primer alta por covid. «Ya a finales de abril nos dimos cuenta de que la pandemia iba para largo y que muchos pacientes volvían a Urgencias aquejados de disnea, cefaleas, sensación de ahogo y afectados psicológicamente», recuerda la neumóloga del hospital Virgen de las Nieves Beatriz Jiménez.
La médico especialista explica que fue la necesidad de atender a estas personas, que iban llegando de forma cada vez más numerosa a medida que iba transcurriendo la pandemia, la que les persuadió para crear una unidad específica dedicada por entero a hacer seguimiento a los pacientes postcovid.Por el momento es la única que hay en la provincia.
Según los datos que han facilitado a IDEAL, en lo que va de crisis han atendido ya a 4.674 personas, que han requerido asistencia sobre todo respiratoria. «Actualmente la unidad cuenta con una consulta abierta de Neumología, un rehabilitador y un internista que viene una vez por semana, pero según las necesidades del paciente se está derivando a otros especialistas como al neurólogo, al cardiólogo o incluso al psicólogo», señala Jiménez.
En este hospital, como también en el resto, está sistematizado el seguimiento a estos pacientes, a quienes se intenta citar al mes de haber estado ingresados. El resto acude desde Atención Primaria. En esa primera consulta se criba a los que están bien para atender así a los que han desarrollado algún tipo de secuela. De esta forma lo hacen en el Clínico San Cecilio, donde por ahora no hay ninguna unidad específica postcovid. Sí en cambio goza de un protocolo de seguimiento propio. «Si hay secuelas, en función de la afectación y las características de cada paciente, se les atiende de forma personalizada en consultas de especialidades como Medicina Interna, Neumología, Enfermedades Infecciosas o Rehabilitación y Fisioterapia», señalan desde el hospital.
El área que más pacientes ha visto en este tiempo ha sido Neumología con 680 consultas, seguido de Medicina Interna, con 303, y Rehabilitación (250). A esto hay que sumar las personas que han pasado por Enfermedades Infecciosas y los 139 pacientes que requirieron tratamiento de rehabilitación para recuperarse.
A este hospital acuden muchos enfermos a sesiones grupales de fisioterapia y rehabilitación. El paciente 'tipo' no existe, pero sí que aseguran que es más común ver a mujeres y a personas de edades media de entre 45 a 65 años. En el hospital de Santa Ana, de Motril, tienen bajo seguimiento a 140 pacientes. Belén Navas es neumóloga allí y explica que lo llamativo es que la inmensa mayoría «tienen una radiología normal» a pesar de los síntomas que tienen. Es decir, que estos son invisibles al escáner o a las pruebas diagnósticas que les hace en su consulta o en aquellas a las que deriva pacientes. Sin embargo, ahí están, inmisericordes, «la disnea, los calambres musculares, la baja saturación o la alteración neurológica», enumera. Lo peor o lo más difícil para ella es explicar cómo es posible que tras la enfermedad algunos desarrollen síntomas más graves que durante la fase aguda.
José María Gutiérrez, jefe del servicio de Medicina Interna del área Nordeste, tampoco tiene respuesta para esta pregunta. Explica que en el Hospital de Baza se han visto desde el inicio de la pandemia a 205 pacientes con secuelas, de los que el 15% no se han recuperado aún. Según lo que observa, muchos de ellos son hipertensos o padecen obesidad, dos factores que cree que juegan en contra. El hecho de que no suela haber mayores en las terapias y consultas postcovid también le sorprende. «Es curioso, pero para los mayores no hay término medio: o no superan el virus o lo pasan sin problemas», concluye.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La artista argentina Emilia, cabeza de cartel del Música en Grande
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.