Enfrentamiento en el distrito Norte

Los implicados en el último tiroteo en Norte ya protagonizaron otro hace un mes con armas de guerra

Refiriéndonos al más reciente, de forma oficial, la Policía Nacional no ha ofrecido más detalles; solo puntualiza que «se está investigando». IDEAL ha podido saber, por fuentes de la investigación, que aún no se han producido detenciones, aunque las pesquisas avanzan satisfactoriamente. Las tareas se centran ahora en analizar los vídeos y recopilar información. A la par, un dispositivo de Policía Nacional y Policía Local refuerza la seguridad en la zona y se mantendrá, previsiblemente, varios días más.

Una de las balas del suceso del miércoles impactó contra un varón en la zona abdominal, pero la herida era superficial y fue dado de alta este jueves, según señalan fuentes sanitarias. Otra mujer fue rociada por un espray de pimienta. El hombre herido pertenece a un clan y la afectada por el espray es del clan contrario.

Como adelantábamos, el trasfondo del asunto es complejo. Este periódico ha podido reconstruir parte del conflicto. El primer día marcado en el calendario es el pasado 10 de febrero, cuando una familia interpone una denuncia. Habla de coacciones por parte del otro clan, una persecución en vehículos y amenazas a punta de pistola. Llama la atención que todo sucediera a escasos metros de un colegio.

La tensión entre ambas partes era más que evidente. El detonante se produjo poco después, el 16 de febrero, con un tiroteo sin heridos que adelantó IDEAL. Ocurrió en el conocido como 'callejón de la muerte', tramo que conecta las calles Ortiz de Villajos y Sor Barranco. Se efectuaron varias detonaciones que no causaron heridos. La Policía Científica halló en el lugar varios proyectiles, alguno de ellos compatible con un arma de guerra, como un Kalashnikov.

Fuentes cercanas al caso precisaron que el clan previamente denunciado pretendía quedarse con la vivienda y las plantas de marihuana del otro, y los acusaba de un presunto chivatazo por el cual la Guardia Civil les había incautado droga recientemente, generándose tensiones para ajustar las cuentas pendientes. El suceso acabó únicamente con un detenido por amenazas graves y por un delito contra la salud pública, al encontrarle durante la intervención más de un centenar de plantas de marihuana. También le incautaron una escopeta.

Este mismo hombre, el arrestado en el tiroteo de febrero, fue precisamente quien resultó herido en el último tiroteo viral, el del pasado miércoles, que tuvo como protagonistas a las mismas familias. Se alargó durante unos minutos y se agruparon en la plaza varias decenas de personas. También había niños de corta edad en brazos de sus madres. Los presentes corrieron despavoridos al escuchar las detonaciones.

La Policía Nacional explicó ayer que el origen del conflicto fue una discusión a la que se fueron sumando cada vez más personas. IDEAL ha podido saber que, además, el hecho de que una de las familias haya presentado denuncias contra la otra ha provocado un aumento de su enfado. Un enfrentamiento en el que sobrevuela la marihuana, las coacciones y las armas de fuego, y sobre el que los investigadores tienen puesto el foco.