Jardineros, peladores, electricistas y cosechas cada 70 días para la maría en Granada

Una vez que ha llegado el momento de la floración hay 'peladores' que se encargan de sacar los cogollos y colocarlos para su secado. Los pesan y preparan en bolsas envasadas al vacío para que el olor no las descubra. Esta tarea, en muchas ocasiones, se lleva a cabo en otro lugar.

Estos serían los perfiles más bajos de la pirámide de la droga, los que menos dinero ganan. Subiendo en el escalafón, están los cultivadores principales, que invierten para preparar las plantaciones y se encargan de vender después la droga ya preparada.

Explican desde Guardia Civil y Policía Nacional que en Granada no hay grandes traficantes, no han dado el salto de crear su organización para vender su propia droga al extranjero. En la provincia se acota al cultivo, a la producción de la marihuana, que venden a esas mafias internacionales que se encargan de venderlas posteriormente por toda Europa, e incluso Rusia. Y han mejorado tanto, que son capaces de sacar una cosecha cada dos meses y medio, cinco al año.

Las grandes cantidades de dinero que dejaba la marihuana eran visibles antes en coches de lujo que recorrían zonas deprimidas. Esa ostentación se ha limitado un poco, aunque la tentación de alardear en redes sociales del lujo del que disfrutan –personas sin ingresos declarados– también ha puesto en la pista a los investigadores en más de una ocasión. Ya sea porque aparecen con fajos de billetes en Tik Tok, incluso quemándolos, o porque presumen de áticos de lujo en la playa personas que no tienen ingresos.

Para sacar la droga de Granada las mafias acuden a la inventiva. Por el volumen que ocupa la marihuana suelen usar camiones, pero también han acudido en ocasiones a envíos de paquetes por empresas de mensajería.

Entre las últimas incautaciones, los investigadores han encontrado droga camuflada en camiones con ovejas, con tripas de animales, con sandías y melones o en dobles fondos de cajas llenas de ropa.