![Pilar Aranda, este martes, en la puerta principal del Rectorado.](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202010/14/media/cortadas/granada-pilar-aranda-junta-cierra-universidad-kPfH-U120451588005hd-624x385@Ideal.jpg)
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Sacrificar hoy a los universitarios y tratar de reducir su movilidad para no tener que confinar toda la ciudad mañana. Es el resumen de la controvertida estrategia para la contención de la pandemia que aprobó ayer el Gobierno andaluz para Granada y que contempla la ... suspensión de las clases presenciales en la Universidad durante quince días, a partir de este jueves así como el toque de queda en residencias universitarias y colegios mayores, que tendrán restringidas las salidas y entradas a partir de las diez de la noche.
La Junta cierra la UGR
Las imágenes de la calle Ganivet desbocada en la noche del pasado sábado, en el momento en el que cerraron los bares, y la proliferación de botellones y fiestas en pisos en este momento crítico de la pandemia en la capital encendieron la mecha. Una acción para la que Granada ya esperaba reacción por parte del Gobierno andaluz en forma de nuevas restricciones e incluso se especulaba con la posibilidad de que el 'castigo' fuera el cierre de la ciudad. Sin embargo, este martes la Junta evitó imponer nuevas cortapisas a toda la capital y al sector hostelero en particular y centró su estrategia de contención del virus en evitar la movilidad de la comunidad universitaria.
Concretamente en reducir temporalmente los desplazamientos de los 60.000 estudiantes de la UGR, que se quedarán sin clases presenciales durante las dos próximas dos semanas.
El consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior y portavoz del Gobierno, Elías Bendodo, explicaba tras el Consejo de Gobierno, que Granada «no cumple los criterios del Ministerio de Sanidad para proceder al cierre de la ciudad». Y es que, si bien la tasa de incidencia está en el límite, con 501 casos por cada 100.000 habitantes, el criterio de presión hospitalaria está bajo control con el 44,6 % de las camas UCI libres y un 15 % general de camas ocupadas por casos de covid o sospechas, lejos del 35% que marca Sanidad como línea roja.
No obstante, Bendodo advirtió que coincidiendo con el inicio del curso universitario se ha detectado un repunte de casos, lo que ha llevado a la Junta a tomar estas medidas en su estrategia de «anticipación» para no tener que tomar otras «más drásticas» en una o dos semanas. «No podemos cruzarnos de brazos», sentenció.
«En Granada hemos localizado donde está el foco, en los dos últimos tres días se han dado 150 contagios por coronavirus en siete residencias de estudiantes. Está claro que es ahí», añadía Bendodo.
Justificaba así una decisión basada, según aseguró, en criterios sanitarios que sin embargo tuvo una amplia contestación social y ha levantado ampollas en la propia Universidad, que se reivindicaba ayer como lugar seguro.
Granada es la única capital andaluza para la que el Gobierno aprobaba este martes nuevas limitaciones específicas. La suspensión de las clases en la UGR y el confinamiento del municipio sevillano de Écija de 39.000 habitantes, fueron las principales novedades restrictivas que funcionarán a partir de este miércoles en Andalucía. Además se anunció un plan general para controlar las residencias de estudiantes en toda Andalucía con medidas que, en el caso de Granada, se endurecen a través de la orden que contempla la restricción de horarios en los colegios mayores a partir de las diez de la noche y que a última hora de este martes no se había publicado.
Esta limitación afectará a unos 2.700 estudiantes de la UGR tan solo teniendo en cuenta a los matriculados en los once colegios mayores y siete residencias adscritas a la UGR, la mayoría gestionadas por órdenes religiosas y organizaciones privadas. Sin embargo, de este control se quedan fuera los estudiantes que residen en pisos de alquiler en la ciudad, la opción mayoritaria entre los 26.000 universitarios que la UGR recibe de fuera de la capital granadina.
Una circunstancia que este martes admitía el propio consejero, que en este sentido hacía un llamamiento «a la responsabilidad y al sentido común» para frenar la movilidad y, en consecuencia, la expansión del virus. Como medida específica para Granada, la Junta anunció también cribados masivos en las residencias de estudiantes y colegios mayores en los que haya casos –aunque sea tan solo uno– positivos de Covid-19. A nivel general, el consejero anunció también la realización de cribados masivos a la población en siete nuevos municipios andaluces, entre los que se incluye Alhama de Granada.
Por otro lado, Granada tendrá que asumir las normas generales aprobadas este martes para las residencias de estudiantes de toda la comunidad. La Junta recomienda que se establezca «desde ya» un equipo de Covid-19 con un plan específico para residentes y trabajadores, que no se permita la entrada de personas ajenas y que las habitaciones sean ocupadas por una o dos personas que serán consideradas «convivientes». En las zonas comunes, como bibliotecas, se recomienda limitar el aforo al 50 %.
También en toda Andalucía, de cara a la celebración de Halloween la Junta pide colaboración a los ayuntamientos para evitar aglomeraciones en espacios públicos y, en cuanto a la festividad de Todos los Santos, se solicita que se aumente el horario de apertura de los cementerios los días 1 y 2 de noviembre, con grupos de un máximo de cuatro personas y 30 minutos para las visitas.
Tras el Consejo de Gobierno donde en el que se acordaban estas nuevas restricciones, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, publicaba un mensaje en Twitter en el que se refería a Granada y destacaba el «rigor y la proporcionalidad» de las medidas al mismo tiempo que hacía un llamamiento «a la responsabilidad».
La misma tesis en la que insistía su delegado en la provincia, Pablo García, que justificaba la suspensión de las clases presenciales en la UGR como estrategia para frenar el «preocupante aumento» de casos de coronavirus entre la población joven, que han llegado a suponer el 80% de los nuevos contagios.
«No pretendemos estigmatizarlos en ningún caso, pero sí es un ejercicio de responsabilidad saber detectar en cada momento cuáles son los puntos débiles donde este virus está teniendo más incidencia», valoraba García, que recordó que en los últimos días se ha experimentado «un notable relajamiento en las medidas de prevención».
Se trata, a su juicio, de medidas temporales, «a la altura de la gravedad de la situación». «Estamos en un momento crítico, donde estamos a tiempo de frenar el altísimo ritmo de contagios entre jóvenes», insistió García, que hizo un llamamiento a la unidad y a la colaboración institucional. «Los jóvenes son el futuro de esta sociedad y de nuevo les toca darnos una lección a los mayores de responsabilidad y resto hacia lo
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