El misterioso ganador del millón de euros en Granada

Y lleva apenas un par de horas abierta. A Pilar y a su marido, Miguel Ángel, le han llamado amigos, familiares, medios de comunicación y hasta los bancos. «Nos está llamando incluso gente que dice que nos conoce pero que no tengo ni idea de quienes son», señala él, que ya sabe cómo son «estas cosas».

En este establecimiento, que hace esquina con la calle Ribera del Genil, ya hay colgado un cartel en el que se hace saber que allí ha sido dónde se ha sellado el único boleto premiado con un millón de euros del primer Euromillones pandémico.

Eso sí que es una 'nueva normalidad' y no la que se predica en el Congreso. «Dos días abiertos y hemos dado la noticia bomba de Granada», cuenta Pilar, que jamás había dado un premio tan cuantioso. Ni siquiera su padre, quien empezó con el negocio, que a principios de los 90 repartió de una tacada 32 millones de las antiguas pesetas.

Tampoco entonces apareció el premiado. 30 años después y en el mismo lugar, el misterio es el que está alimentando una mañana en la que la comidilla no puede ser otra que el afortunado y su premio. «Uy, a mí es mejor que no me toque porque soy capaz de que me de un infarto», bromea una clienta en el establecimiento de moda esta mañana. Allí hoy solo se habla de lo mismo, y casi todo el mundo hace bromas y sueña con ser el protagonista de esa carambola capaz de cambiar una vida entera. O no. «Con un millón de euros no te puedes quitar del trabajo», cuenta Armando, que es propietario de un quiosco de prensa que se encuentra pegado a la administración afortunada.

«¿Que no?, es como un billete a la libertad», opina Ramón, que hace cola para comprar tabaco. Está al lado del bar Reyes. Lorena desde la barra dice estar muy contenta por su amiga Pilar. Y espera, como ella, que al que le haya tocado sea del barrio y realmente lo necesite. Ella no tiene un pellizco por el 'casi' porque para eso hay que jugar y no lo suele hacer. Su padre sí echa de vez en cuando, pero esta vez, como casi siempre, la diosa fortuna pasó de largo.

Al misterioso ganador no se le espera hoy en el negocio de Pilar y Miguel Ángel salvo sorpresa de última hora. «¿Y si no lo sabe?», se pregunta ella, que alguna vez ha tenido la suerte de haber dado la noticia en directo. «Ver sus caras es lo mejor de todo», señala esta vecina de Granada, encantada esta mañana de haber podido contribuir a la felicidad de alguien a quien desearía algún día poder ponerle cara.