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El 18 de noviembre, la Policía Local de Granada detuvo a un individuo acusado de una tentativa de homicidio después de agredir con un cuchillo a un camarero de un bar del Campo del Príncipe y atacar con un hacha a un policía nacional. Era ... uno de los residentes de una casa 'okupa' en mitad de la calle Molinos. La vivienda acabó tapiada y los vecinos, hartos de fiestas a horas intempestivas, peleas y basura, respiraron aliviados. En menos de un día ya estaban instalados en otro inmueble abandonado en la misma calle, a apenas 40 metros. Terminaron de nuevo desalojados, el pasado día 11. Había 21 personas en la casa; una de ellas acabó detenida. Otra vez, los vecinos pudieron respirar. Pero la tregua, sospechan, no durará mucho: han detectado que la bandera pirata que les identifica ondea en un balcón de la calle Belén, también en el barrio.
El conflicto, en cuatro noticias
José R. Villalba
José R. Villalba
Javier Morales
El Realejo vive en 'el día de la marmota'. Los vecinos vaticinan que de aquí a unas semanas volverá a repetirse la historia: habrá problemas de ruidos, buscarán al propietario de la vivienda, habrá otro desalojo que no tendrá consecuencias y terminarán por ocupar otra casa. Antonio López, uno de los vecinos afectados por las fiestas de «hasta 14 horas» en la primera vivienda en la que residieron, anuncia que ha creado una plataforma vecinal (Realejo por Conciencia) y que llevará las quejas hasta el Congreso si es necesario, consciente de que el Ayuntamiento no tiene competencias para atajar el problema.
«Vamos a tener que estar toda la vida en el Realejo detrás de donde ellos quieran. No son 'okupas' por necesidad, sino que se instalan allí para hacer fiestas, algunas de 14 horas. En los primeros días están muy relajados, pero luego empiezan a desenfrenarse. La gente ya no sabe qué hacer, vivimos en un barrio caro, al lado del Centro, y muchos plantean si irse y dejarle el barrio a los 'okupas' o los que venden droga en el Campo del Príncipe».
El presidente de la asociación de vecinos del Realejo, Alejandro Corral, asegura que también hay quejas en la calle Concepción. Allí han llegado otros 'okupas': «Encienden lumbres, tiran cosas por los balcones, están produciendo pequeños robos... Estos llevan aquí alrededor de dos meses, no se puede vincular con los desalojos en la calle Molinos».
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