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María Eugenia García Rubiño investiga las moléculas del cáncer. Alfredo Aguilar
«Mis padres me quitaban las bombillas del cuarto para que no estudiara tanto»

«Mis padres me quitaban las bombillas del cuarto para que no estudiara tanto»

IMPRESCINDIBLES ·

María Eugenia García Rubiño, profesora de Farmacia en la UGR, investiga las moléculas del cáncer por «amor a la ciencia»

Viernes, 17 de enero 2020, 01:35

Cuando María Eugenia apaga la luz del laboratorio, las moléculas la echan de menos. Cuando termina su clase de Físicoquímica y deja el aula, sus alumnos, también. No por nada, los estudiantes la eligieron para optar al premio de mejor docente de España de Educa Abanca. El galardón no llegó, pero el gesto pesa. 'Eu', como le llaman en 'su' facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, imparte en primero de carrera la asignatura obligatoria de 'Física y Fisicoquímica Aplicadas a la Farmacia' (compartida con un compañero) y la optativa de 'Procesos de Separación'.

Vídeo. María Eugenia García Rubiño. IDEAL

Sus alumnos en este curso académico, a día de hoy, son en total 294. Lo curioso es que la asignatura que imparte en primero no es precisamente una 'maría'. De hecho, es uno de los callos de la carrera. De las que son difíciles de aprobar. Y, sin embargo, sus alumnos la nominaron para el premio al mejor profesor universitario español.

–¿Cuál es el truco?

–No hago nada extraordinario

Es rápida. Muy rápida. Vivaz, animosa, positiva y cuando se suelta, muestra un desparpajo natural. Cuesta imaginársela en el colegio del Realejo donde estudió como la clásica empollona con las dos coletas que le hacía su madre «y un poco rellenita». Pero algo habrá, porque confiesa sin remordimiento alguno que sus padres le quitaban las bombillas del cuarto para que no estudiara tanto. «Me levantaba a repasar a las cuatro de la mañana». Relean la frase otra vez y pregúntense a cuántos padres y madres conocen que le hayan dicho a su hija (o a su hijo) que no estudien tanto.

«Si no lo he conseguido es porque no me lo he propuesto. Si te mentalizas y lo preparas, lo consigues»

Sobre las limitaciones

«Cuando me levantaba y veía que las bombillas no estaban me preguntaba:'¿Y si me baja la nota y no puedo estudiar la carrera que yo quiera?'. Y tenía siete años. Me preocupaba demasiado mi futuro». La solución fue «bajar el nivel de exigencia, porque tampoco era muy feliz». Algo le quedó en su camino, ya que ingresó en Farmacia y firmó diecisiete matrículas de honor.

Sus maestros, sus mentores

La carrera de María Eugenia ha dado sus vueltas. Por ejemplo, algo diferente, cambió de departamento con el doctorado en el bolsillo. Entonces aparecen dos nombres. Uno es Juan Niclós. «Mi ángel. Un catedrático de Química Inorgánica. Si no es por él… Nadie ha confiado tanto en mí como este hombre. Me dio todo su apoyo para que continuara en la UGR. En algún momento pensé en abandonar el barco y él me decía que no, que bajo ningún concepto».

«Hay familias que hacen maravillas para que sus hijos estudien. Y ellos, se hartan a estudiar»

Sobre las nuevas generaciones

El otro es Juan Antonio Marchal. Catedrático de Anatomía y Embriología Humana. «Otro ángel. Me ha ayudado en todo a nivel de investigación para continuar con el desarrollo de moléculas». Porque María Eugenia sigue investigando en el CIBM de la UGRen el PTS. Será por siglas. «Investigo las moléculas del cáncer por amor a la ciencia y porque para la plaza de profesora te piden investigación». Y añade, veloz:«Es fundamental que los profesores estén activos en investigación, aunque investiguemos en un área que no es de nuestra docencia».

La última hora de granada

En resumen, investiga «por las noches» sus moléculas del cáncer, protagonistas de su tesis cuando estaba en un departamento anterior de la Facultad de Farmacia, acaba de conseguir la plaza de profesora ayudante doctor y es profesora en el departamento de Fisicoquímica. «Es un departamento bastante potente en el área de investigación y son gente muy joven, cuya directora es Eva Talavera. Ha sido un gran descubrimiento dentro de la Universidad de Granada. Siempre hay gente muy válida y hay que fijarse en ellas».

«Hay un cambio generacional a favor de las mujeres. ¿Queda mucho? –se pregunta María Eugenia–. No lo sé, se responde ella misma. Porque el rollo de mujer por ser mujer por narices tampoco lo veo mucho».

Alfredo Aguilar

«Renuncié a una beca en Cambridge porque mi madre tenía cáncer»

«En la universidad, lo normal es continuar dos años en el extranjero investigando. Gané una beca postdoctoral –logró el Premio Extraordinario de Doctorado–, en la Universidad de Cambridge. La rechacé porque mi madre tenía cáncer con metástasis. El día que nació mi niño empezó con la quimio. Cuando murió, mi niño tenía seis meses. Y mi abuela estaba inválida y era mi madre quien la cuidaba. Compré mi piso al lado de mi abuela. Con todo esto, tuve que rechazar la beca. Se murió diez días después de que rechazara la beca. Pero es que mi madre me pidió que no metiera a mi abuela en una residencia. Y le dije que 'tranquila'. Total que la abuela murió a los tres meses y medio de mi madre. Fue mi elección».

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