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La excantante de Bellepop Davinia Arquero disfruta de Lanjarón desde hace más de veinte años. JAVIER MARTÍN

La Alpujarra, paraíso de artistas

La artista cartera que revoluciona Lanjarón

Davinia se hizo famosa hace dos décadas gracias al programa de televisión Popstar, pero cambió la música por una vida tranquila como cartera

Laura Velasco

Granada

Domingo, 26 de febrero 2023

Lanjarón, 2010. Un corrillo de señoras debate sobre la llegada de una nueva vecina, lo que en los pueblos se conoce como una forastera. «¿La habéis visto? Creo que viene de Madrid», comenta una de ellas. Hablan de Davinia Arquero, la nueva cartera del pueblo, una desconocida por aquel entonces.

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Lanjarón, finales de junio de 2022. Son las fiestas del pueblo y en la plaza no cabe un alma. Todos miran al escenario. Se apagan las luces. Suena la música. Aparece en escena una mujer rubia, poderosa y entregada. Todos la reconocen: es Davinia. Entre la primera y la segunda fecha han pasado doce años. Ya no es una forastera: ahora todos la adoran.

Davinia nació en Motril hace cuarenta años y desde muy pequeña demostró que derrochaba arte por los cuatro costados. A los quince ya tenía claro que quería probar suerte en la música. Actuó en su tierra unas cuantas veces, para televisiones locales e, incluso, fue telonera de grupos tan populares como La oreja de Van Gogh. Acababa de cumplir 18 primaveras cuando le tocó la lotería musical: formar parte de un programa televisivo. Se antepuso a cientos de chicas en los castings, hizo las maletas y se fue para Madrid. «Ahí fue cuando di el salto», cuenta.

Davinia Arquero, excantante y cartera, posa junto a un buzón de Correos. J. M.

Ese punto de inflexión se llamaba 'Popstar: todo por un sueño', y fue emitido en Telecinco. Se coló en los hogares españoles hace ya dos décadas, poco después de Operación Triunfo, en aquella época en la que las redes sociales eran los bares. El público quería saberlo todo sobre las veinte concursantes que cada semana cantaban y bailaban en horario de prime time. Entre ellas estaba Davinia, que demostró ser de las mejores durante los cuatro meses que duró el formato. De hecho, ganó junto a otras cuatro compañeras y formaron un grupo, Bellepop. «Recuerdo aquello como un sueño, una burbuja en la que te enseñaban canciones y coreografías. Cuando salimos nos dio la bofetada», recuerda.

Se refiere a la fama, esa amiga con una cara oculta que, por un lado, le permitió vivir momentos inolvidables, pero que por otro no le permitía ir al supermercado sin que la reconocieran y parasen. «No todo era tan bonito, el mundo de la música no resultó ser como yo imaginaba», asegura. Bellepop estuvo dos años en activo y su compañía, Warner Music Spain, les quiso hacer otro disco, pero ellas no se sentían representadas con los temas y se negaron. «Lo intentamos nosotras por nuestro lado, pero al no tener ya ese respaldo la gente te va cerrando puertas. Me fui desvinculando poco a poco y cada una nos fuimos por un lado», apostilla. No lo cuenta con pena. Pasó diez años estupendos en Madrid y, tras aquel sueño temporal, volvió a una realidad que le atraía mucho más.

En busca de estabilidad

Davinia buscaba estabilidad y las oposiciones de Correos le parecieron la mejor opción. Aprobó hace quince años y comenzó su etapa de cartera en Madrid, aunque ella quería volver a su tierra. Cuando logró plaza en el concurso de traslados, tomó la decisión que marcaría su futuro. «Me llamaron para elegir destino y estaba Lanjarón, yo no sabía nada sobre ese pueblo. Pregunté la distancia con Motril y como eran treinta minutos me pareció poco comparado con las distancias en Madrid», apunta. Aceptó. Y comenzó su nueva andadura.

La Alpujarra la enamoró tanto que hasta se ha comprado en Lanjarón su vivienda definitiva. La acompaña su marido, Felipe, que al ser guía de montaña está encantado con la ubicación. «No sabía si se adaptaría bien, porque es de Madrid, pero está encantado, ya no lo sacas de aquí», cuenta la granadina. Sus dos niños tampoco conciben vivir en otro pueblo. «Gracias a mi hijo mayor empecé a conocer gente, como cuando llegamos era pequeño, él saludaba a la gente y ya entablaba yo conversación», manifiesta. Davinia ha podido pedir traslado a Motril, pero no ha querido. Este ya es su hogar.

Implicada en las fiestas

Lo que más la ayudó a darse conocer en el pueblo, sin duda, ha sido su trabajo. Todos la conocen como la cartera, la que siempre llama a la puerta con una amable sonrisa. Ella disfruta de ese trato cercano y, de cuando en cuando, se quita la espinita de la música organizando eventos en la localidad. «Me implico mucho en las fiestas», asegura. Y tanto. Da clases de baile a niños y organiza coreografías que luego muestran al público local. Antes le costaba encontrar alumnos, ahora no caben en el escenario y se hacen llamar 'Lanjapop'.

Enamorada de Lanjarón

«Vine por casualidad, pero cuando conocí a la gente y vi el entorno, decidí quedarme»

Davinia Arquero

Excantante de Bellepop

También prepara actuaciones para otras fechas señaladas, como la cabalgata de Reyes, y a veces ella sube al escenario. «El último día de las fiestas se organiza 'Tu jeta me suena', una versión de 'Tu cara me suena', y es muy divertido, te disfrazas de alguien y tienes que imitarlo cantando y bailando. He sido Chanel, Rosalía... Yo misma me hago los trajes», comenta. Se ha llevado el primer puesto, lógicamente, unas cuantas veces. En la última edición, conquistó a los vecinos con el tema eurovisivo 'SloMo'. Salió a la perfección. Detrás había muchas horas de ensayo.

Davinia Arquero en una fuente de Lanjarón. J. M.

Además, durante el confinamiento Davinia volvió a recordar su época televisiva, uniéndose a otras cantantes de Popstar para grabar un vídeo interpretando la sintonía del programa. Ante la demanda de los fans, iniciaron una campaña de crowdfunding para conseguir fondos y volver a grabar un tema, 'We represent', y un videoclip, junto a las otras integrantes de Bellepop y otras dos excompañeras, Roser y Mara Barros. «Fue muy bonito, pero algo puntual», admite.

Después de aquello, siguió repartiendo cartas en su Lanjarón querida, que le proporciona comodidad al ser un municipio tranquilo, y cercanía por tener a menos de una hora en coche tanto la playa como la capital. «Lo elegí por estar próximo a Motril y cuando conocí a su gente y su entorno, decidí quedarme», afirma Davinia, que nunca pensó que acabaría en ese rincón de la Alpujarra: «Son cosas que pasan… y menos mal que pasan».

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