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Iznalloz ha sido considerado como el segundo pueblo más pobre de España. Alfredo Aguilar

Iznalloz, el pueblo que no se reconoce como pobre: «Otros están peor»

El INE destaca su baja renta media, pero los vecinos insisten en que viven bien y ofrecen las razones que hay detrás de estos datos

Laura Velasco

Granada

Domingo, 16 de octubre 2022, 00:22

En el pueblo todos hablan de lo mismo. «¿Lo habéis leído? Lo de que somos los más pobres. Qué sabrán ellos», murmura una señora que camina por la calle Ganivet, la arteria principal de Iznalloz. El revuelo estalló cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los municipios de más de 2.000 habitantes con menor renta media anual por persona en 2020. El listado incluía a esta localidad como la segunda más empobrecida, solo por detrás de El Palmar de Troya (Sevilla), pero sus vecinos no se ven reflejados en esta estadística.

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El pueblo, situado a media hora de la capital, cuenta con poco más de 5.000 habitantes. La principal actividad es la agricultura, especialmente el olivar, que representa el 90% del total. Destaca la Cooperativa Nuestra Señora de los Remedios, que emplea a 30 personas durante la campaña y unas 20 el resto del año. La inmensa mayoría de estos trabajadores son de Iznalloz. «El olivar es el motor del pueblo y genera bastante riqueza. La situación actual es delicada aquí como en todos lados», destaca Francisco Ramos, presidente de la cooperativa. Bastantes acatucitanos siguen acudiendo también a la vendimia francesa para buscarse la vida.

En la localidad se pueden encontrar comercios como supermercados, cafeterías, bares, peluquerías o farmacias; centro de salud, juzgado u oficina de empleo; así como tres colegios y un instituto al que acuden vecinos de toda la comarca. En definitiva, tal y como señalan sus habitantes, se trata de «un pueblo normal».

Vista general de varias zonas del municipio de Iznalloz. A. Aguilar
Imagen principal - Vista general de varias zonas del municipio de Iznalloz.
Imagen secundaria 1 - Vista general de varias zonas del municipio de Iznalloz.
Imagen secundaria 2 - Vista general de varias zonas del municipio de Iznalloz.

A la hora de hablar de pobreza, son varias las versiones. Por un lado, la del Ayuntamiento y los comerciantes, que se pronuncian en la misma sintonía. El alcalde, Mariano Lorente, admite que al ser un pueblo de ámbito rural hay dificultades, pero al igual que otras localidades «cuya diferencia es mínima». «Vivimos en condiciones dignas y con los servicios básicos cubiertos. Los datos son de 2020, el primer año de la pandemia, algo que también afectó. Además, cuando hay mala campaña agrícola se nota», asevera el regidor.

Para explicar la estadística, a su juicio, conviene apuntar que hay vecinos con rentas muy altas pero con domicilio fiscal en otro municipio. «Hay muchos grandes propietarios con fincas que crean riqueza y puestos de trabajo, pero no están empadronados aquí. Eso afecta y baja la media», recalca.

Crecimiento del comercio

En la misma línea se pronuncia José Rodríguez, propietario de un despacho de pan artesano. Él también insiste en que si los grandes terratenientes se empadronasen allí otro gallo cantaría. «No queremos que se nos venda como si el pueblo fuera pobre, hay futuro y se está invirtiendo. En la calle Ganivet han crecido un 20% los comercios en los últimos cinco años», asegura.

«Hay muchos grandes propietarios con fincas que no están empadronados aquí»

Mariano Lorente-alcalde de iznalloz

En la parte baja del pueblo se encuentra El Rincón del Manso, uno de los bares. Allí también comentan la noticia. «No creo que sea el pueblo más pobre, hay movimiento, comercios, buenos coches. No vivimos tan bien como quisiéramos pero no estamos mal», resalta Francisco Fernández, camarero, que cree que el desempleo es el principal problema. «Muchas familias se arriman al INEM para que sus familias puedan comer», explica.

En Iznalloz hay muchos valientes. Eugenio es uno de ellos. Estos días está colocando estantes y mostradores en un local donde pronto abrirá una tienda de ropa y calzado. «Hay que arriesgarse, echarle ánimo, tirar p'alante. Voy a probar, espero que funcione», detalla. Abre la tienda, dice, porque la localidad «necesita vida». Y confía en que los vecinos responderán. «Este no es el pueblo más pobre, hay otros que lo son más. Falta trabajo en todos lados», lamenta.

En la primera imagen, montaje del nuevo negocio de Eugenio, que sostiene la estantería por la derecha. En la segunda, trabajadores del bar El Rincón del Manso. En la última, José Rodríguez, propietario de un despacho de pan artesano. A. Aguilar
Imagen principal - En la primera imagen, montaje del nuevo negocio de Eugenio, que sostiene la estantería por la derecha. En la segunda, trabajadores del bar El Rincón del Manso. En la última, José Rodríguez, propietario de un despacho de pan artesano.
Imagen secundaria 1 - En la primera imagen, montaje del nuevo negocio de Eugenio, que sostiene la estantería por la derecha. En la segunda, trabajadores del bar El Rincón del Manso. En la última, José Rodríguez, propietario de un despacho de pan artesano.
Imagen secundaria 2 - En la primera imagen, montaje del nuevo negocio de Eugenio, que sostiene la estantería por la derecha. En la segunda, trabajadores del bar El Rincón del Manso. En la última, José Rodríguez, propietario de un despacho de pan artesano.

Realidad paralela

Al hablar con los vecinos, bastantes de ellos nombran una realidad paralela: el dinero obtenido a través de actividades ilegales. Creen que el pueblo es más rico de lo que parece, ya que en las cifras del INE no se recoge este dinero negro que se genera. «No se declara, pero si se hiciese seríamos el municipio más rico. Mira qué coches hay», señala una vecina. «¿Por qué tengo que declarar yo todo y otros nada?», le responde su compañera.

«No se declara el dinero de la droga, pero si se hiciese seríamos el municipio más rico. Mira qué coches hay»

Vecina anónima

Futuro prometedor

Iznalloz no piensa volver a aparecer como el último en el ranking. Consciente de que la solución se llama empleo, son varios los proyectos en marcha, como indica el alcalde. Para empezar, están pendientes de la concesión de dos licencias para construir una planta fotovoltaica, cuyo montaje generará 300 empleos. En términos turísticos, la Cueva del Agua del municipio abrirá al turismo tras una inversión de tres millones de euros. «Servirá para atraer visitantes y contratar gente que la gestione», comenta Mariano Lorente. También pretenden convertir al área recreativa El Sotillo en referente turístico, donde además están remodelando el restaurante, que reabrirá junto a unas casas rurales que también generarán empleo.

Otro de los objetivos es seguir desarrollando suelo industrial del polígono para que se instalen nuevas empresas. Asimismo, el regidor explica que el Grupo Abades se ha hecho con el área de servicio de Venta de la Nava, donde invertirá tres millones de euros para remodelarlo -recientemente se inauguró allí un Burger King-. En resumen, el pueblo pretende seguir creciendo y demostrar que Iznalloz no es sinónimo de pobreza. «Sin milagros», dice su alcalde, pero con pasos firmes.

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