La vida casi sin virus en Cogollos de Guadix

Sin embargo, a pesar de alcanzar el 90% de su población vacunada, la mayoría de los vecinos –sobre todo personas de tercera edad– llevan mascarilla e intentan mantener cierta distancia de seguridad cuando se juntan en las plazas o los bancos del pueblo.

«Yo me la pongo por precaución, porque nunca se sabe lo que puede pasar y no hay que arriesgarse a un posible contagio después de todo lo que hemos tenido que aguantar este último año y medio. Han sido meses de duras medidas y encierro, no hay que olvidarlo», afirma Encarna.

Algunos prescinden del cubrebocas cuando van solos por la calle, pero cuando se juntan varias personas lo recuperan aunque estén al aire libre. «Parece que esto se está acabando por fin», asegura Ramón. Explica que el temor en Cogollos tampoco ha sido excesivo durante los meses de pandemia porque no son muchos en el pueblo y porque todo ha estado muy controlado. «Durante los meses de marzo y abril hubo un brote mayor en el que se llegó a tener unos diez casos, aproximadamente. Pero ahora la cosa está muy tranquila y este verano apenas se han conocido algunos casos muy puntuales».

Encarni y Julia se encuentran disfrutando de sus últimos días de vacaciones en Cogollos. Recuerdan que en semanas anteriores el pueblo estaba lleno de gente y que eso tampoco puso en peligro la tranquilidad con la que ahora sus vecinos pasean por el municipio. «Había tanta gente que solo era posible aparcar por las afueras. Tener más gente en el pueblo durante el verano no ha perturbado nuestra tranquilidad ya que estamos vacunadas y confiamos en la vacuna. No lo digamos muy alto, pero parece que esto está llegando a su fin», expresan.

Los tres bares con los que cuenta el pueblo han estado abiertos durante todo el verano y han disfrutado de una gran actividad. «Siendo responsables no hay por qué tener ningún miedo. El problema meses atrás han sido las grandes reuniones de personas sin el uso de mascarillas en espacios cerrados, pero esperamos que con la vacuna esto se vaya frenando», indica Anselmo, tras explicar que ni él ni su mujer hacen ya uso de la mascarilla cuando van al aire libre o se encuentran en el campo.

Cogollos de Guadix es uno de los pueblos que ya vive en la nueva normalidad.