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Las vías del tren abren dos brechas en Granada. Una de ellas separa el Cerrillo de Maracena de la zona de expansión en Albayda, atraviesa un extremo de la Chana y alcanza el estadio de la Juventud. Allí se dobla antes de fundirse con la ... otra, que entra al término municipal por Bobadilla y se adentra en el núcleo urbano levantando una frontera entre Chana y Rosaleda. Bajo el puente de Camino de Ronda, las dos arterias ferroviarias confluyen y alcanzan la estación de Andaluces, una terminal muy limitada, concebida para el tránsito de pasajeros en 1874. Este mapa del ferrocarril en la capital tiene dos inconvenientes: divide a la ciudad e impide el tránsito de las mercancías que llegarán por el Corredor Mediterráneo.
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Los redactores del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) que marcará el crecimiento de la ciudad en los próximos años sugieren una solución que acabaría con los dos problemas. Plantean mover la estación de tren a una ubicación que permita retirar las vías –las que entran por la Chana y las que lo hacen desde el límite con Maracena– y facilite el movimiento de mercancías.
Según ha podido saber IDEAL, el equipo técnico que trabaja en el PGOU ha barajado durante los últimos meses varias alternativas para ubicar la futura terminal y resolver así la integración del ferrocarril en Granada. El debate está abierto desde hace dos décadas, cuando se planificó la llegada de la alta velocidad a la capital, y el nuevo plan aspira a poner un punto y final a la discusión sobre el lugar idóneo para recibir a pasajeros y mercancías.
El primer problema al que tratará de dar solución el nuevo PGOU es el de las cicatrices ferroviarias. Los barrios de la Chana, Juventud, Rosaleda y Ronda quedan cuarteados por las vías. Hace décadas, aun con un desarrollo urbanístico muy inferior al actual y con tráfico de vagones convencionales, ya se atisbaba el problema que generaría la entrada de trenes de alta velocidad junto a las viviendas en una de las zonas reservadas para el crecimiento de la ciudad. ¿Cómo evitarlo? Moviendo la estación o enterrando las vías.
En 2008 se sopesó un soterramiento que costaba más de 700 millones. Un lustro más tarde, en 2013, hubo varios proyectos sobre la mesa. El Ayuntamiento planteó ubicar una estación junto a la rotonda de Europa. Sobre esta idea pivotaron varios estudios técnicos, como el de la empresa Sener, que en 2016 esbozó dos alternativas para cubrir las vías a distinta altura, con una inversión de entre 143 y 175 millones de euros.
La estación en la rotonda Europa quedó descartada y Fomento optó por construir la nueva terminal de Andaluces, lo que dejó obsoletas las propuestas de soterramiento. En 2018, el Gobierno sacó a concurso un nuevo estudio sobre la integración, en el que trabaja desde septiembre desde ese año la misma empresa encargada de los análisis técnicos anteriores. El plazo de ejecución era de 24 meses –hasta septiembre de 2020–, pero el estudio aún no está cerrado.
Según las fuentes consultadas por IDEAL, el soterramiento de las vías desde Bobadilla hasta la estación de Andaluces sería inviable en términos económicos. Descartado el soterramiento, los técnicos optan por acudir a la segunda opción: mover la terminal. La solución en la que trabaja el equipo redactor del PGOU, el traslado de la estación a otro punto de la ciudad, esquivará la necesidad de enterrar las vías de la línea de alta velocidad Antequera-Granada.
Y, además, permitirá afrontar el segundo desafío: el tránsito de mercancías. La actual estación y su entorno no tienen capacidad para convertirse en un nodo de intercambio de materiales. Granada quedará integrada en el Corredor Mediterráneo una vez culminen las obras –aún sin fecha– para adaptar el tramo entre Almería y Granada con el objetivo de que puedan circular por él trenes eléctricos de ancho internacional. Este mismo viernes, la Mesa delFerrocarril podrá conocer las últimas novedades con respecto al avance del estudio funcional del proyecto, que convertirá a Granada en punto de paso, origen y destino de mercancías.
Si la estación siguiera en su ubicación actual, un tren de mercancías procedente de la línea Moreda-Almería –la que atraviesa el Cerrillo– con destino Algeciras tendría que entrar en la terminal antes de seguir hacia la línea Granada-Antequera –la que cruza la Chana–. Ese tren no podría cargar o descargar contenedores en Andaluces.
Para acabar con este inconveniente ya hay una solución. Está previsto que las cargas vayan a parar a un área logística junto a Mercagranada: el centro de tratamiento de mercancías previsto desde hace años por todos los estudios y planes urbanísticos. La Junta de Andalucía inició a finales del año pasado el trámite para declarar esta infraestructura de interés autonómico, asegurando así el desarrollo del gran nodo de transporte ferroviario y por carretera, esencial para la integración de Granada en el Corredor.
El área ya está cruzada, de punta a punta, por las vías que comunican con Antequera y darían salida al Corredor hacia el oeste. Faltaría encontrar el punto en el que se uniría esta línea a la vía que llega desde Almería. En la actualidad, ambos trayectos se funden en la estación de Andaluces. En un futuro sin 'brechas' en la capital –así lo han previsto también los redactores del PGOU– confluirán junto al área logística.
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