La experta recuerda que la ubicación de la provincia propicia el registro constante de temblores. IGN
Una sismóloga del IGN: «No se pueden comparar los terremotos por su profundidad; Granada nunca estuvo parada del todo»
Terremotos en Granada ·
Arancha Izquierdo, de la Red Sísmica Nacional, sostiene que el seísmo de este jueves no se sale de lo habitual, si bien advierte un cambio en la evolución de las réplicas
Chema Ruiz España
GRANADA
Viernes, 13 de agosto 2021, 14:13
El temblor que agitó este jueves la provincia no se sale de lo común, a pesar de su magnitud de 4.5 en la escala Richter y de lo repentino de la sacudida. «Granada no ha llegado a estar parada del todo. Terremotos ha seguido habiendo; a cero no había llegado a estar nunca», asevera Arancha Izquierdo, sismóloga de la Red Sísmica Nacional, quien no considera que exista ningún indicio que eleve la particularidad del último seísmo, como detalla a IDEAL. «Nos encontramos en una zona con mucha actividad sísmica y, de hecho, no hay que remontarse a muchas cosas históricas», abunda, en referencia a la sucesión de movimientos que tuvo lugar durante el pasado mes de enero.
«Fue percibido ampliamente en muchas localidades, con una intensidad máxima de V, lo que significa que puede haber pequeños daños en algunos casos puntuales», arroja Izquierdo sobre el temblor de este jueves. Su epicentro se situó en Cijuela, pero provincias colindantes como Málaga o Córdoba también lo notaron, como también ocurrió en enero. Esto se justifica, principalmente, por la dirección que toman las ondas una vez que el seísmo se genera, según la sismóloga, algo que «depende del mecanismo con el que se haya producido el terremoto». En este caso, el Instituto Geográfico Nacional, que engloba a la Red Sísmica, aún realiza cálculos para determinar de forma exacta cómo fue el mecanismo de la sacudida y hacia dónde se expandieron las ondas, si bien los datos actuales apuntan a que estas se dispersaron hacia el Oeste.
«Eso -la dirección de las ondas liberadas- es lo que hace que unos terremotos, aunque sean de la misma magnitud, se puedan sentir en unas zonas más o en otras, aparte de los propios terrenos que haya, que amplifican o disminuyen su capacidad de propagación», ahonda Izquierdo. La longitud con respecto al suelo es otro aspecto a tener en cuenta, pero se trata del índice menos preciso, debido a la dificultad que tiene calcular la distancia bajo tierra desde estaciones a nivel superficial. «No se pueden comparar las profundidades porque no son parámetros que estén ahora medidos con precisión para poder sacar conclusiones», sostiene.
La sismóloga Arancha Izquierdo.
IDEAL
Temblores más pequeños
En este sentido, hace hincapié en que «un terremoto no es un punto», sino que la agitación se produce «en una zona». «El epicentro es el punto en el que empieza a romper. Hay muchas diferencias en cómo se perciben en unos sitios y en otros, aunque estén a la misma distancia del origen. Una localidad que esté muy cerca de dónde ha empezado el temblor puede estar en las mismas condiciones que otra que está más alejada», ejemplifica.
No obstante, la sacudida de Cijuela sí presenta una particularidad, aunque no sea concluyente. «Una cosa que me parece llamativa, comparando con los de la otra serie, es que las réplicas que tiene son muy pequeñitas», apunta Arancha Izquierdo, quien aclara que «cuando un terremoto es mayor, tiene réplicas mayores y, luego, va decreciendo paulatinamente en cantidad y magnitud». Algo que sí sucedió en la noche del 26 de enero, cuando Santa Fe tembló tres veces en menos de 20 minutos: el primer seísmo fue de 4.1, el segundo fue de 4.2 y el tercero, de 4.4. «De este -el registrado este jueves-, hubo al par de minutos una de 3.1, pero luego estuvo muy sosegado, con terremotos muy pequeñitos», matiza, si bien admite no conocer «qué interpretación tiene» ni «cómo podría evolucionar».
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