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«Como se trabaja para una misma no se trabaja para nadie. Solo así eres dueña de tu propia vida»

«Como se trabaja para una misma no se trabaja para nadie. Solo así eres dueña de tu propia vida»

IMPRESCINDIBLES ·

María José Cara, jamonera electrónica en la Alpujarra, defiende que las mujeres son el epicentro de los pueblos. «Movilizamos cualquier actividad social, cultural o económica, aunque de forma invisible»

Viernes, 7 de febrero 2020, 01:13

Barricada, grupo mítico de rock urbano con quince discos a sus espaldas y más de mil conciertos en directo, son de la Txantrea, el barrio obrero de Pamplona, la ciudad de los Sanfermines. Le dedicaron una canción a su barrio, que dice así: «La Txantrea/Pesadilla siniestra/Eres la culpable/De querer vivir en paz/En tus calles/No hay sitio para ellos/Que se vayan/No los queremos ver/No, no! este estado policial/Se tiene que acabar». En ese quilombo de barrio nació María José Cara en 1975, cuando la Txantrea era un volcán.

Años antes habían llegado desde Cástaras y Juviles su papá y su mamá. El boca a boca funcionaba cual reguero de pólvora en aquellos años setenta sin 'guasap' ni futuro. Así que desde la Alpujarra llegaron sus progenitores informados por sus tíos a la voz de «aquí hay sustento para toda la familia». El padre trabajó con grúas y fue sindicalista mientras la madre se dedicaba a la casa, a la familia y a coser zapatillas de esparto. Si sumas, te salen tres trabajos en una familia en la que María José tenía dos hermanos más.

Fue el lugar desde donde pudo crear su proyecto ¡Apadrina un jamón', que es todo un éxito comercial

Guadalinfo

La vida de esta familia media granadina en Pamplona cambió de repente en 1993. «La empresa para la que trabajaba la había comprado una multinacional, y a mi padre le ofrecieron un ascenso. Eligió Granada».

–¿Cuál fue vuestra reacción?

–Llorábamos como descosidas por dejar Pamplona por Granada.

–¿Y qué tal Granada con 18 años?

–Nos costó enamorarnos de Granada un solo fin de semana. Llegamos y eran las fiestas de La Chana. Y luego la UGR nos cambió la vida. No hay nada como Granada y estudiar en la UGR. En mi caso, Graduado Social.

«Lloramos al abandonar Pamplona, pero nos costó enamorarnos de Granada un fin de semana»

Sobre la emigración

Ya está trazado el retrato de María José, una alpujarreña de la Txantrea. Una navarrica de Granada. La adolescente en el barrio conflictivo que descubre la primavera universitaria de Granada. La mujer que volvió a la Alpujarra a combinar la tradición jamonera con las tecnologías que con Internet desarrollaron el comercio electrónico. Los jamones alpujarreños en tu casa a una distancia de un clic.

Fue así. Tras contactar con las tecnologías gracias a Guadalinfo, aprender el oficio de jamonera, trabajar con su marido y sufrir el 'caso Fernando' en 2005 –cuando el empresario huyó y acabó en la cárcel y arruinó a muchísimos alpujarreños–, «en 2008 nos establecemos por nuestra cuenta con la marca Jamones Abuxarra». Y entra en Internet. «Se trata del proyecto 2.0 con la iniciativa 'Apadrina un Jamón' para que la gente conociera nuestra forma de vivir y trabajar en cualquier punto del mundo. Internet nos abrió la puerta de todo». Todo un éxito.

Vídeo. María José Cara ha logrado generar un empleo propio gracias a la venta de jamones por Internet. ALFREDO AGUILAR

Una década después

Ha pasado una década. «Y todo ha cambiado en Internet. En los comienzos trabajamos básicamente con el blog, que era lo que la gente leía. Luego llegaron con mucha fuerza las redes sociales, que es ahora ese boca a boca digital que potenciamos. Creamos una gran cartera de clientes de nuestros padrinos y padrinas desde entonces y se mantienen hoy como clientes en España y Europa. Vendemos mucho en Francia y Alemania».

La experiencia le ha marcado muchas lecciones. «Lo más importante es mantener el equilibrio. Entre lo que haces, el dinero que tienes, no crecer más de la cuenta para no tener que embarcarte en más de lo que puedes trabajar. Ser muy constante y sobre todo sobre todo, que te guste mucho lo que haces».

También sabe que «como se trabaja para una misma no se trabaja para nadie. Solo así eres dueña de tu propia vida y puedes ir hacia donde verdad quieres ir. He aprendido que la tecnología y la innovación son fundamentales para el desarrollo de las pequeñas empresas, y que es posible conservar la tradición sin renunciar a las nuevas ideas y a las nuevas tecnologías».

Y aquí va una. Que es muy buena: «Las mujeres somos el epicentro del desarrollo de los pueblos en la Alpujarra. Somos las que movilizamos cualquier actividad social, cultural, económica. Estamos presentes, aunque de forma invisible, en los negocios de nuestras parejas. Y es muy difícil luchar contra la despoblación de los pueblos porque casi nunca se tiene presente nuestra opinión».

Alfredo Aguilar

«Empecé con 1.500 jamones y ahora tengo 15.000»

«Mi pareja trabajaba en Jamones de Juviles y me contrataron y me vine a aprender el oficio de jamonera. El master lo hice en 1997, en aplicaciones informáticas y contables.En 1998 me vine a trabajar en la oficina de una empresa de jamones y aprendí el oficio». Ahora «en la empresa somos cuatro. El gerente es Rafa, mi marido. La tienda la llevan mi hermana y un compañero de Trevélez. Y luego tienes un contable externo, y la maquila (secadero). Desarrollamos nuestro trabajo a través de la maquila, que es la forma de hacer jamones sin tener en propiedad un secadero. Se basa en la confianza, en el saber hacer, en conservar la artesanía y la tradición del jamón de la Alpujarra. Todos somos pequeños. Somos jóvenes y nuestra relación se basa en la confianza. Total, que empecé con 1.500 jamones y ahora tengo 15.000 jamones».

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