Carmen del Gallo del Realejo

Se vende la casa más rara de Granada

También tiene jardines. Pero, sobre todo, cuenta con un encanto especial. «No hay otra casa igual en toda la ciudad de Granada», explica Álvaro Salvador, profesor emérito de la Universidad de Granada y escritor, que nació en esta misma casa en 1950, ya que era propiedad de sus padres. Aquí pasó también su infancia

«No sabemos nada de su origen, salvo que tiene un siglo.Eso sí, quizá se la casa más rara de Granada. Eso sí se sabe, porque no hay más que conocer un poco la ciudad para darse cuenta». Respecto al extraño estilo arquitectónico, Álvaro Salvador comenta que «es una especie de mezcla de estilo nórdico con estilo neoimperial». La decoración tampoco se salva. «Al principio pensaba que podía tener relación con la masonería, pero no. Es como esotérica con flores de loto. Algo muy raro», insiste.

Esta vivienda se encuentra dentro del Plan Especial de Protección y Reforma de la Alhambra y Alíjares, se especifica en el anuncio de venta, y necesita una reforma total. Nada de todo esto impide soñar a Álvaro Salvador. «Me gustaría volver a tener esta casa, claro, por supuesto», reconoce. «Lo he soñado a veces, igual que Paola, pero es imposible económicamente para nosotros».

Paola es Paola Miranda, una enfermera granadina vecina del barrio. Todos los días saca a pasear su perro, Congo, un cachorro Labrador, y se detiene a admirar la peculiar belleza del Carmen del Gallo. «Me encanta. Es fascinante. No tiene nada que ver con cualquier otra vivienda».

Así que en uno de sus cotidianos paseos, vio que de la fachada colgaba el cartel clásico de 'se vende'. En un pispás llamó por teléfono. Necesitaba saber, al menos, el precio de su sueño. «No podía pagar esa cifra, pero aún así sigo viéndola y sintiendo que en algún momento pueda ser mía y montar un hotel maravilloso».

El encuentro de Paola Miranda con Álvaro Salvador, fruto del azar, ha servido a la granadina para conocer con todo detalle cómo es por dentro y cómo era la vida en el Carmen del Gallo. «Me ha regalado media hora de mi sueño», comparte Paola Miranda. «Me ha hecho mucha ilusión cuando me ha contado cómo es esta casa por dentro , algo que siempre me preguntaba. Me ha contado cómo eran las habitaciones y los estanques con los peces de colores. Ymás me he enamorado del carmen del Gallo».

Así es, Álvaro Salvador atesora una memoria prodigiosa y bien engrasada, fruto de sus horas de estudio y de lectura. Gracias a ella, puede reconstruir sus añorados días de la infancia en un lugar que define como un paraíso. «No sólo porque se trata del edificio que hoy vemos, sino también todos los jardines, que todavía quedan algunos en la parte de atrás. Mi padre los tenía llenos de animales de distinto tipo. Recuerdo por ejemplo que tenía ocas, que alertaban de la presencia de intrusos en el carmen».

Esta villa, al menos cuando Álvaro Salvador era un niño, se divide en dos, «aunque estaba pensada par una sola familia. Pero mis padres la dividieron por razones económicas». Tras esta decisión, la parte inferior es una vivienda que la tenían alquilada. Luego estaba la vivienda principal, que contaba con un gran salón que da al balcón central.

El balcón de la izquierda era el dormitorio de los padres y el de la derecha el que compartía con su hermana. Atrás había otro dormitorio de invitados y la cocina, que da a los jardines. Arriba, en la buhardilla, el cuarto de los hermanos mayores. Era la leonera del paraíso. Por eso y por su valor el profesor Álvaro Salvador pide a las administraciones que el inmueble se declare como bien protegido.