En el centro Vladimir y Antonio Cobos, minutos antes de salir cargados de material humanitario con la furgoneta que les llevará a Ucrania. ideal

Vladimir inicia la ruta desde Íllora para entregar ayuda a su hijo en la guerra de Ucrania

Ambulancias Alhambra ha cedido un furgón para trasladar este material a la frontera de Ucrania, Vladimir viaja acompañado del jefe de la Policía Local de Íllora

Martes, 8 de marzo 2022, 10:23

Vladimir y el jefe de la Policía Local de Íllora acaban de iniciar la ruta hacia la guerra de Ucrania. El viaje ha comenzado sobre las nueve de la mañana en una furgoneta cargada de medicamentos, comida, botas militares, ropa de abrigo y mucha solidaridad ... hacia el país que ha servido de espejo a la humanidad para saber cómo dialogan la irracionalidad y la libertad en este siglo XXI en pleno centro del mundo más desarrollado. Unos hablan con bombas y muertes, los otros huyen a refugiarse lejos del ruido de la peor pesadilla.

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«Nuestra idea es ponernos en la frontera de Ucrania en dos días. Nos iremos turnando entre Vladimir y yo al volante para llegar lo antes posible», apunta Antonio Cobos, quien subraya que hace este viaje a título personal y no como policía local de Íllora. El objetivo, en un principio, era llegar a Ucrania para llevar al hijo de Vladimir, reclutado por Ucrania el pasado 24 de febrero para defender a su país de la invasión rusa, material de protección y contra el frío. El objetivo ahora es otro más grande. La solidaridad de los vecinos de Íllora y de otras localidades colindantes ha permitido llenar la furgoneta en la que viajan de útiles de primera necesidad que Vladimir y Cobos trasladarán a la población ucraniana. El furgón es una vieja ambulancia cedida por la empresa de Transpote Sanitario Alhambra, que también les ha llenado el tanque de combustible

Murcia, Valencia, Perpiñan, Hamburgo, Cracovia y finalmente Ucrania. La frontera de la desdicha será el punto de encuentro con el hijo de Vladimir, con su vástaga que también aguanta en Ucrania el horror de la guerra. «Vamos a intentar que su hija se venga y llevamos más sitio en la furgoneta para quien se quiera venir. En Íllora hay una mujer que ha mostrado su disponibilidad a dar alojamiento y trabajo en un cortijo a cualquier familia ucraniana que lo requiera». Esta es la cara B de la batalla donde las bombas se cambian por solidaridad.

Tanto Vladimir como Cobos han puesto dinero de sus bolsillos para iniciar este viaje, aunque los gestos de apoyo han sido muy destacados como el de la farmacia Beltrán de Íllora, el de la mujer que dará trabajo a una familia, el de militares que han cedido botas y ropa de abrigo de montaña, quienes han donado comida, quienes han hecho posible llenar el furgón con ayuda humanitaria para que Vladimir y Cobos lleven este material a Ucrania.

Los dos ocupantes del furgón se conocieron hace apenas una semana cuando Vladimir, de 59 años y oriundo de Ucrania, acudió a pedir ayuda para su hijo que estaba en el frente de guerra. En apenas siete días, los dos han sido capaces de llenar de vida esa antigua ambulancia en la que viajan camino de uno de los grandes fracasos de la humanidad como es la guerra. Suerte.

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