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La pretemporada ya ha dado el pistoletazo de salida en el Granada. Con la campaña de abonados en marcha y los futbolistas de la primera plantilla masculina de regreso a los entrenamientos, queda por resolver una de las principales incógnitas de cada verano: las camisetas de competición. Estilo, colores, número de franjas... La afición granadinista se vuelve a preguntar un año después cómo vestirá su equipo por los campos de España. Una respuesta únicamente en manos de Adidas, la firma que diseñará las equipaciones del club por tercer curso consecutivo. Un tope que nunca superaron las marcas de la última década.
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Ángel Mengíbar
Adidas llegó al Granada con el penúltimo descenso a Segunda. La temporada 21/22 acabó de la peor manera posible tras el reciente y glorioso recuerdo de la Europa League y la sombra de Diego Martínez sobre Los Cármenes. Ni Robert Moreno, ni Rubén Torrecilla, ni Aitor Karanka lograron mantener al equipo en la élite desde el banquillo. Un curso maldito con aquel penalti fallado por Jorge Molina en la última jornada ante el Espanyol donde se portaron camisetas de Nike. La firma americana llevaba vistiendo al club tres campañas y se disponía a hacerlo una cuarta por contrato. Sin embargo, poco antes del verano el club anunció su rescisión y el cambio de patrocinador técnico.
Se inició entonces la relación del Granada con Adidas por primera vez en la historia nazarí. La marca alemana diseñó tres equipaciones para la temporada 22/23 que encandilaron en líneas generales al hincha. Una completamente negra con detalles rojos, otra más arriesgada de color azul turquesa y la principal con cinco franjas rojas y seis blancas con toques azul marino, icónica esta última al convertirse en la camiseta del ascenso y del pichichi Myrto Uzuni. Mención especial para la segunda, que se enfundó Bryan Zaragoza para amarrar los puestos de promoción directa con una actuación estelar en el triunfo ante el Mirandés. Todas ellas con las rayas santo y seña de la compañía sobre los hombros.
La anterior subida a Primera se produjo cuatro años antes bajo la dirección de uno de los mejores entrenadores, el mejor para múltiples aficionados, en los 93 años de vida del Granada. Diego Martínez llegó al conjunto nazarí como un completo desconocido y acabó firmando una gran campaña para devolverle la ilusión a la afición tras un curso en Segunda donde el equipo se desinfló en la recta final. En la campaña 18/19 el ascenso a la máxima categoría se produjo como segundo clasificado y con 79 puntos, ocho menos que Osasuna, club de procedencia del vigués. El Granada vistió entonces su última equipación con franjas rojiblancas en las mangas.
Erreà fue la creadora de aquella primera equipación, además de la última secundaria a franjas que ha vestido el Granada hasta la imposición del liso por parte de Nike y Adidas. Combinó grises claros y oscuros con detalles fucsia. La otra equipación fue completamente negra con una raya de color amarillo que recorría el pecho de un extremo al otro y una sutil silueta de la Alhambra en la parte de la cintura. La originalidad demostrada por la firma italiana no fue suficiente para que el Granada respetase el contrato vigente. De nuevo, rescisión y acuerdo con Nike para la vuelta a Primera.
Ni Nike, ni por supuesto tampoco Erreà, los dos últimos sponsors técnicos del Granada previos a Adidas, superaron las tres temporadas en la entidad aún con años restantes de contrato. Una racha que podría finalizar con la marca germana en la 25/26 al contar con un acuerdo que la vincula a los nazaríes hasta 2027. De esta manera se asemejaría a Joma, el último patrocinador al frente de las camisetas granadinistas que rompió esa barrera en los últimos diez años. Fue en 2014 cuando la compañía toledana recaló en Los Cármenes para vestir a todas las secciones hasta 2018.
Coincidió su desembarco con el de Joaquín Caparrós al banquillo para el curso 14/15. El técnico sevillano logró tres victorias, nueve empates y 10 derrotas en las primeras 22 jornadas de Primera, un bagaje exiguo que llevó al entonces presidente Quique Pina a prescindir de sus servicios. Tras él llegaron Joseba Aguado -del filial-, Abel Resino y José Ramón Sandoval. Fue el de Humanes el que obró el milagro con un equipo prácticamente desahuciado. Con tres triunfos y un empate en el último encuentro ante el Atlético de Madrid bajo su responsabilidad, el Granada se salvó del infierno de Segunda cuando todo parecía perdido.
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