Los gestos de Lucas Pérez y José Callejón

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Aunque nació en Motril y nunca formó parte de las categorías inferiores de los rojiblancos, a Callejón le pareció una excelente manera de culminar su carrera tratar de ser ídolo en Los Cármenes. La mayor parte de su trayectoria se gestó en Italia y en verano, tras acabar contrato con la histórica Fiorentina, se le abrieron varias opciones de futuro. Podía haberse ido a algún equipo de Primera del teórico tercio bajo de la clasificación o bien emprender la aventura exótica en una Liga peor pero lucrativa. En su lugar, apostó por el equipo más representativo de su provincia, falto de referentes tras el descenso, con la urgencia (aunque no se confiese en público) de regresar cuanto antes a la máxima categoría. La presión, como es lógico, iba a recaer sobre la espalda del fichaje más mediático. Era, a sus 35 años, una aparente complicación de vida, con bastante que perder en caso de decepción, con un desafío complejo por lograr. A ello se dispuso con determinación.

Una impresión se constata sobre él en estos meses: su entrega absoluta a la causa. Ya no tiene la velocidad de la exuberante juventud, pero compensa con movimientos inteligentes, asociación con sus compañeros y trabajo, mucho trabajo. En el campo, jamás ha mostrado ademanes de estrellita. Fuera, se ha implicado como los demás. Hace unos días, sin ir más lejos, fue de los más aclamados entre los aficionados que fueron al entrenamiento abierto al público. Se recorrió toda la tribuna firmando autógrafos y posando en fotografías.

Es curioso, pero son pocos los futbolistas de la era moderna del Granada que se han arraigado a esta ciudad como para concluir sus etapas profesionales o bien regresar para vivir en ella una vez colgadas las botas. Están los casos de Torrecilla y Mainz, con su etapa como técnicos posterior, y de alguna manera de Dani Benítez, que da sus últimas patadas al balón en el Arenas. Es probable que Nyom, casado con una granadina, se radique aquí al final de todo. Muchos jugadores tuvieron hijos en Granada y dejaron inversiones, pero quedarse es otra cosa. Tal vez Callejón sea uno de ellos. Quizás algún otro también. Encontrarse a algún veterano por la calle siempre agrada al hincha. Le toca el corazón. No todo es por puro dinero, como ha terminado pasando, en su crepúsculo, con Cristiano Ronaldo.