La OCU advierte del peligro de consumir patatas con este problema

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentariapara determina las posibles consecuencias de la ingesta de solanina y otros compuestos en los seres humanos

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Martes, 1 de junio 2021, 12:08

La OCU, que ha explicado aquellos alimentos que no se deben lavar, apunta una nueva información relacionada con los alimentos, La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha evaluado los riesgos para la salud de los glicoalcaloides en determinados alimentos que contienen solanina ... (tomates, berenjenas, patatas y productos derivados). Se trata de unos compuestos que están presentes en algunas hortalizas de forma natural.

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Para el tomate y la berenjena, la EFSA no ha llegado a ninguna conclusión porque no se cuenta con suficientes datos: falta investigar la concentración de glicoalcaloides en estos alimentos, los efectos adversos en los animales de laboratorio y en las personas...

En cuanto a las patatas, la EFSA tampoco ha podido evaluar los efectos en los animales de granja o de compañía. Pero sí hay suficiente información sobre ese tubérculo para determinar las posibles consecuencias de la ingesta de solanina y otros compuestos en los seres humanos, o establecer los niveles de riesgo.

Náuseas, vómitos y diarrea, sobre todo en bebés y niños

Los glicoalcaloides de las patatas se relacionan con ciertos problemas de salud como náuseas, vómitos y diarrea.

¿Cuánto hace falta ingerir para que aparezcan esos efectos no deseados? Según la información disponible, 1 miligramo por kilo de peso corporal al día es la dosis más baja a la que se observan efectos no deseados.

¿Cuál es el riesgo real de esos efectos negativos de la solanina y demás tóxicos? Los expertos de la EFSA señalan que quienes tienen más riesgo de alcanzar una concentración tóxica de glicoalcaloides son los bebés y niños pequeños, pues al pesar pocos kilos, sin necesidad de consumir patatas en exceso ya estarían en riesgo. Los adultos necesitarían comer grandes cantidades de patatas para llegar a niveles peligrosos.

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¿Por qué se forman la solanina y otros glicoalcaloides?

¿Qué hace que una patata tenga más glicoalcaloides? La concentración de estas sustancias tóxicas depende de la variedad de la patata, su envejecimiento o su forma de almacenamiento, entre otros factores. Por ejemplo, hay 3 a 10 veces más cantidad de glicoalcaloides en la piel que en el interior. Con la oscuridad se forman cinco veces menos glicoalcaloides que cuando se deja las patatas expuestas a la luz.

¿Cómo evitar o reducir tóxicos en las patatas?

Comprar solo las patatas que se vayan a utilizar en las siguientes semanas. No caer en la tentación de comprar grandes mallas o sacos, por muy de oferta que estén, especialmente si no se consumen grandes cantidades.

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Si en la tienda se observa que tienen zonas verdes o algún brote, no las cojas, se sabe que allí se acumula más solanina. En casa hay que guardarlas en un lugar seco, bien aireado, fresco y sin luz. La nevera no es un buen sitio para tenerlas, ya que el frío favorece la aparición de azúcares y se estropean.

Pelar, cocer y freír las patatas también ayuda:

Al quitarles la piel reduces su contenido en glicoalcaloides entre un 25 y 75%. Si les salen manchas verdes, por ejemplo, porque han estado expuestas a la luz, es mejor que elimines esas zonas por completo. Cuando llevan mucho almacenadas, pueden salirles brotes. Quita un centímetro cuadrado de pulpa alrededor a cada brote o tira directamente la patata si está demasiado germinada.

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Al hervirlas en agua, la concentración de esos tóxicos baja entre un 5 y un 65%. Si las fríes en aceite, entre un 20 y un 90%. Incluso se pueden inactivar a 170 °C, una temperatura que no conviene superar ni en la fritura ni en el horneado, porque si no, añadimos otro problema, el de la formación de acrilamida.

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