EFE

Los aerosoles son responsables del 75% de los contagios de coronavirus, según las estimaciones de un experto

Indica que es importante llevar la mascarilla bien ajustada y evitar los espacios interiores

Ideal | AGencias

Miércoles, 28 de octubre 2020, 14:10

Hasta el momento se ha considerado el contagio por gotículas como la principal vía de transmisión de la COVID-19. Sin embargo, cada vez son más los expertos que aseguran que también se debe tener en cuenta el contagio por aerosoles. El investigador español José ... Luis Jiménez, miembro honorario de la Asociación Americana de Investigación en Aerosoles, señala que, de acuerdo con sus estudios, los aerosoles están detrás de al menos el 75% de la transmisión del coronavirus.

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«Hay muchísimas más evidencias [del contagio] por aerosoles que por gotas», afirma este experto. Según Jiménez, la OMS ha rechazado la transmisión por el aire por una «cuestión histórica», como ya hizo en su día con la tuberculosis (que no se admitió hasta 40 años después), y también por una cuestión «práctica», ya que al principio no había suficientes mascarillas para protegerse de la infección.

Este investigador considera que es «casi imposible» que dos personas reunidas en el exterior, con mascarilla y que respeten la distancia de seguridad se contagien del coronavirus. No obstante, matiza que ninguna de estas medidas funciona por sí sola, sino que hay que combinarlas como si fueran capas. El experto recomienda a la gente que piense en el virus como si fuera humo de tabaco que hay que intentar no tragar, e insiste en la importancia de llevar la mascarilla bien ajustada y evitar los espacios interiores.

En caso de que haya que permanecer en un interior, Jiménez apuesta por ventilar para «limpiar el aire» y evitar que el aire contaminado vuelva a ser inhalado por otras personas. Asimismo, señala que es necesario que el CO2 en el ambiente no sea superior a 700 partículas por millón, pues esto garantiza que, como mucho, el 2% del aire respirado sea aire expulsado por otra persona, cifra que reduciría a 500 en lugares «más peligrosos» como gimnasios o sitios donde se cante o grite. Por ello Jiménez recomienda la instalación de medidores de CO2. Además, en aquellos lugares que no se puedan ventilar debería haber filtros HEPA para limpiar el aire.

«Los contagios masivos se dan en lugares donse se pasa bastante tiempo hablando», indica el experto. Jiménez explica que al hablar expulsamos diez veces más cantidad de aerosoles y, al cantar o gritar, cincuenta veces más. Este investigador, quien mantiene contacto directo con el Gobierno de España, es partidario de llevar las aulas a la calle. Pone como ejemplo las ciudades de Boston y Nueva York, que dieron las clases en el exterior durante la epidemia de tuberculosis de 1910.

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Asimismo, Jiménez indica que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU ya reconocen el contagio por inhalación, y matiza que no siempre que se emiten aerosoles se expulsa el virus, sino que esto es «esporádico» y por eso ocurre que a veces no se contagian contactos estrechos.

Jiménez no es el único experto que se ha pronunciado acerca de la transmisión del coronavirus por el aire. Varios médicos y científicos de distintas universidades estadounidenses, encabezados por Kimberly Prather, publicaron hace unas semanas una carta en la revista 'Science' en la que urgían a las autoridades sanitarias a tomar medidas frente a la transmisión aérea del virus.

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«Existe una evidencia abrumadora de que la inhalación de SARS-CoV-2 representa una ruta de transmisión importante para la COVID-19» señala la carta publicada en 'Science'. Los autores explican que es importante diferenciar entre gotículas y aerosoles. Según estos científicos, los virus en gotículas (cuyo tamaño es superior a 100 micras) caen al suelo en segundos dentro de un radio de unos dos metros del emisor. Debido a ello, la distancia física reduce la exposición a dichas gotículas.

Sin embargo, los virus en aerosoles (con un tamaño inferior a 100 micras) pueden permanecer suspendidos en el aire durante segundos, o incluso horas, y ser inhalados. Estos virus en aerosoles pueden viajar a más de dos metros en interiores mal ventilados, provocando una gran propagación. «Por lo tanto, es mucho más probable que uno inhale aerosoles que una gota», concluyen estos expertos.

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Teniendo esto en cuenta, además del uso de mascarilla y la distancia de seguridad, los investigadores instan a los responsables de salud pública a «articular la importancia de trasladar las actividades al exterior, mejorar el aire interior utilizando la ventilación y la filtración, y mejorar la protección de los trabajadores de alto riesgo».

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