La duda en torno a la conclusión de la pauta de vacunación de AstraZeneca en menores de 60 años continúa latente en España. La cuestión ha diferenciado, principalmente, tres posturas: la vía tomada por el Gobierno, que invita a administrar una segunda dosis de Pfizer; ... la opinión biosanitaria, que respalda mantener el segundo pinchazo con el mismo fármaco inoculado en la primera inyección, y una intermedia, permitida por el Ministerio de Sanidad, que plantea la libre elección de los pacientes. José Antonio López Guerrero (Madrid, 1962) respalda la posición científica. «Se mire como se mire, esto no tiene ningún sentido», sentencia el profesor de Microbiología Molecular en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), quien además lamenta que «no es una decisión basada en la ciencia y no solamente se ha dado aquí, sino que también ha sucedido en otros países».
López Guerrero no encuentra a esta decisión un aval «desde el punto de vista virológico e inmunológico». «El ensayo de doble vacunación con AstraZeneca se hizo en una corte de más de 40.000 personas, la mitad de ellas vacunadas. Ahí, apenas salieron efectos secundarios adversos; algunos, que todos conocemos, moderados. Fue cuando la vacuna se suministró a millones de personas cuando, ocasionalmente, de forma muy esporádica y rara, salieron algunos casos adversos», argumenta el científico, que recuerda en cualquier caso que «la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha vuelto a ratificar la opción de la segunda dosis de este compuesto, entre otras cosas, porque con su segunda inyección los posibles bajan un orden de magnitud». «De hecho, no sé si se ha producido alguna muerte tras la segunda dosis», ahonda.
«A pesar de eso, algunos gobiernos han decidido no poner AstraZeneca», se resigna, tras la realización de «un ensayo 'ad hoc' específico, con unas 600 personas -673 en total-, 400 de ellas vacunadas con la segunda dosis de Pfizer -en concreto, 441-». Se trata de un estudio desarrollado por el Instituto de Salud Carlos III con el objetivo de determinar si es seguro combinar los compuestos, así como identificar las posibles reacciones adversas que esto pudiera propiciar. «Concluyen que la segunda dosis de Pfizer es efectiva e inocua, que se puede utilizar», indica López Guerrero, quien considera que «el planteamiento es erróneo». «Si en más de 20.000 vacunados con dos dosis de AstraZeneca en el ensayo clínico no se detectaron casos graves, ¿cómo se puede concluir con un estudio de 400 personas que no va a haber casos graves cuando se inocule a millones de pacientes?», plantea.
Responsabilidad difusa tras la resolución de Bioética
«Lo que está claro -continúa- es que la pauta de AstraZeneca es la que está avalada por los ensayos clínicos, por las agencias europeas e, incluso, por la Agencia Nacional del Medicamento», subraya, para aseverar seguidamente que, con la combinación de viales, «se cambian todas las reglas del juego». La elección voluntaria del fármaco con el que completar la inmunización tampoco supone, bajo su punto de vista, una decisión acertada. «¿Qué pasa con esto? Que AstraZeneca y Pfizer dejan de ser responsables», exterioriza, tras conocer la resolución al respecto del Comité de Bioética, al que el Ministerio de Sanidad solicitó un informe que avale o rechace esta posibilidad.
«Al concluir que sí se puede elegir, ¿en quién recae la decisión? ¿En la ciudadanía, que no tiene por qué tener ni idea de vacunas ni por qué aceptar esa responsabilidad?», se cuestiona José Antonio López Guerrero, que no vacila al expresar qué haría en tal caso. «Creo que habría que concluir la pauta que la EMA y la Agencia Española del Medicamento proponen, que es AstraZeneca-AstraZeneca», recomienda. Una fórmula, insiste, «probada en decenas de miles de voluntarios, no en 400».