Sanidad aclara si comer insectos supone un riesgo para la salud

Una nota de la AESAN recoge qué riesgos nutricionales, biológicos y químicos puede tener el consumo de insectos

Ideal

Viernes, 23 de abril 2021

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), organismo adscrito a los ministerios de Consumo, de Sanidad y de Agricultura, Pesca y Alimentación, se encarga de promover la seguridad alimentaria y lanzar alertas sobre productos que no deben ser consumidos. De hecho, hace unos ... días advirtió de la retirada del mercado de diferentes productos cárnicos tras detectar Listeria monocytogenes. Esta agencia, al hilo de un informe elaborado por la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), ha redactado una nota sobre insectos comestibles y los riesgos que puede comportar su ingesta para la salud.

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Según indica la AESAN, los insectos comestibles pueden «diversificar las dietas, mejorar los medios de vida, contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional y tener una menor huella ecológica en comparación con otras fuentes de proteínas». No obstante, el documento elaborado por la AESAN señala que se deben analizar las implicaciones para la seguridad alimentaria asociadas con la producción y el consumo de insectos, y por ello analiza los riesgos nutricionales, biológicos y químicos de la entomofagia (consumo de insectos).

En primer lugar, en relación con los riesgos nutricionales la AESAN explica que los alérgenos de insectos específicos son en gran parte desconocidos, si bien hay algunos casos reportados de reacciones alérgicas asociadas a la entomofagia. «Los alimentos a base de insectos pueden presentar riesgos alérgenos potenciales para los consumidores, en particular para aquellos que son alérgicos a los crustáceos debido a la reactividad cruzada», detalla la agencia.

Con respecto a los riesgos biológicos, la AESAN indica que aunque los microbios patógenos de los insectos se consideran inofensivos para humanos y animales, los insectos pueden ser un vector de varios microorganismos que son perjudiciales para el ser humano y la salud de los animales. La agencia aclara que, si bien el riesgo de transmitir infecciones a los humanos a través de insectos comestibles parece bajo, hay que realizar una mayor investigación para aclarar los riesgos potenciales para los humanos y los piensos. El documento analiza algunos de los riesgos biológicos que podría entrañar la entomofagia:

- Bacterias: varias especies bacterianas se han asociado con los insectos comestibles.

- Virus: los riesgos asociados con los virus transmitidos por los alimentos (como el virus de la hepatitis A y la E y el norovirus) por consumir insectos comestibles es bajo. No obstante, los insectos pueden ser vectores de virus que infectan a los vertebrados.

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- Hongos: ciertos hongos son patógenos para los humanos y pueden formar micotoxinas extremadamente nocivas. Se han asociado diferentes especies de hongos con la microbiota que se encuentra en la superficie del cuerpo o el intestino de insectos comestibles.

- Parásitos: algunas especies de insectos comestibles pueden ser vectores de parásitos, por lo que es un riesgo que debe tenerse en cuenta. No obstante, actualmente no existe suficiente evidencia científica sobre estos riesgos.

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- Genes transferibles de resistencia a antimicrobianos (RAM): un abuso de los antimicrobianos en animales productores de alimentos seleccionan microorganismos resistentes, que pueden afectar a la salud de los humanos. La evidencia científica sugiere que los insectos pueden actuar como vehículos para bacterias que portan genes de RAM entre granjas y comunidades urbanas.

La AESAN señala que la aplicación de buenas prácticas agrícolas y de higiene por los productores de insectos es clave para evitar y mitigar la posible aparición de los peligros descritos.

En cuanto a los riesgos químicos, la AESAN recoge que «los insectos criados en residuos agrícolas pueden estar expuestos a micotoxinas, productos para la protección de cultivos como pesticidas y otros peligros químicos como metales tóxicos y dioxinas». Asimismo, añade que si se usa estiércol de ganado y aves de corral para la cría de insectos, estos pueden estar expuestos a antimicrobianos y pesticidas.

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