Borja Collado y Miguel Aguilar ponen broche triunfal a la feria del Corpus

La gran estocada de Aquilino Girón al que rompió plaza bien le hubiera valido la oreja que paseó, porque puso en ella toda su alma. El astado volvió a propinarle un arreón y lo cogió por el muslo sin graves consecuencias. Un susto que ya había vivido en un quite. Pese a que el novillo tuvo querencia a tablas y terminó rajándose, el bastetano logró lucirse en series entregadas con ambas manos y también en el saludo a la verónica, prologado con larga cambiada. Brindó su labor al maestro y ganadero César Rincón.

Se vivieron momentos de angustia con Aquilino Girón cuando fue prendido y arrollado en dos ocasiones mientras mataba al cuarto. El fallo con los aceros dejo en ovación con aviso el premio. El novillo fue muy noble, pero al granadino, que lo recibió a porta gayola y quiso hacerlo todo bien, le faltó vibrar y transmitir más, como lo había hecho en el quite por tafalleras y gaoneras y en las bernardinas de cierre.

Borja Collado salió a por todas desde que recibió al segundo a portagayola y lo lanceo acto seguido con la rodilla genuflexa en una serie que tuvo vibración. La misma que fue común denominador de toda la faena, al igual que su valor y excelentes maneras. Al novillo le faltó recorrido, pero el valenciano pareció sentirse cómodo en la corta distancia para pasarse a su oponente muy cerca, incluso de rodillas. A sus manos fue una oreja tras pinchazo y una entera.

Dos gratas sorpresas

Borja Collado sumó otra oreja del quinto, pero en esta ocasión la faena no tuvo la misma redondez y peso que la anterior porque no acabó de cogerle la distancia al novillo y, además, tras ser arrollado, la actuación pareció decaer un poco. Brindó a su apoderado Emilio Miranda está faena, en la que la primera fase, manejando la diestra, destacó por su calidad. El joven espada, recién llegado al escalafón de novilleros con picadores, deja una muy buena carta de presentación.

Con un novillo muy noble, que humillaba en cada pase, el mexicano Miguel Aguilar sorprendió también, al igual que Borja Collado, por su seguridad, tanto a pie como de rodillas, en la corta distancia, donde se pasó a su astado por la espalda sin inmutarse. Apreturas que demostró igualmente en un quite por gaoneras. Tras pinchazo y estocada entera logró su primera oreja.

Aguilar, poderoso y muy firme, volvió a brindar una actuación de mucha exposición e interés con el que cerró plaza y feria. El astado llegó algo crudo al último tercio y eso, unido a la propia transmisión del novillero, caló mucho en el tendido. Necesitó dos descabellos tras estocada, pero a pesar de ello sumó la oreja que le valió la puerta grande junto a Collado. Era la de Granada su cuarta actuación con picadores y, sin embargo, acreditó oficio y recursos de espada mucho más hecho.