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El torero José Tomás saluda al respetable tras la faena.

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El torero José Tomás saluda al respetable tras la faena. PEPE MARÍN

José Tomás, la síntesis de todas las emociones

Tarde apoteósica del madrileño en Granada, con cuatro faenas para el recuerdo y corte de seis orejas y un rabo

F. MARTÍNEZ PEREA

GRANADA

Domingo, 23 de junio 2019, 01:29

El toreo -lo dijo Marcial Lalanda- es la síntesis de muchas emociones. Quien fuera autor de una de las mejores tauromaquias que han visto la luz, transcrita para mayor gloria por el catedrático Andrés Amorós, no habló ni de técnica, ni de la mayor o ... menor dificultad de las distintas suertes ni de la pureza de las mismas. Habló de emociones, de sentimientos, de la capacidad del artista de transmitir al tendido lo que vive en la inmensa soledad del ruedo, cara a cara con el toro. Porque a eso se reduce, ni más ni menos, que el toreo. Porque esa es, ciertamente, su grandeza. Porque, además, las emociones emergen a través de lo que es capaz de hacer el artista y de los riesgos reales que asume para ello en un escenario que no es de cartón piedra y donde todo, los sueños, los miedos, el triunfo o el fracaso son auténticos. No hay mayor verdad que la del toreo, ni mayor emoción que la de jugarse la vida ante un animal fiero, poderoso e imprevisible que no entiende de rangos ni de estatus. Ese es, ciertamente, el toreo, perfectamente definido por el maestro madrileño. Y ese es José Tomás, colosal torero que no había pisado los ruedos todavía cuando Marcial, el más grande -eso es lo que proclama su pasodoble- hizo su atinada proclama, pero que encaja como nadie en la descripción. Si el toreo es la síntesis de muchas emociones, José Tomás sustancia como nadie el toreo.

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