El conde que vivió dentro de un palacio de la Alhambra
Granada Arqueológica ·
El Partal formaba parte de un palacio nazarí del siglo XIII, reconvertido en residencia nobiliaria del Conde de TendillaSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Granada Arqueológica ·
El Partal formaba parte de un palacio nazarí del siglo XIII, reconvertido en residencia nobiliaria del Conde de TendillaÍñigo López de Mendoza fue uno de los personajes históricos más importantes de la historia de Granada en cuya figura se aúnan rasgos característicos del hombre medieval y del humanista del Renacimiento.
Nació en Guadalajara en 1442 y su padre fue un personaje de cierto prestigio en la corte del rey Enrique IV, al que sirvió de embajador en Roma. Participó de forma muy activa en la Guerra de Granada, y fue buen conocedor de la guerra fronteriza. Este es uno de los aspectos más propios de su cercanía a la Edad Media. Dejó la guerra en 1485 para ser enviado, al igual que su padre, como embajador de los Reyes Católicos a Roma para negociar la paz en Italia. En estos años se empapó de la cultura renacentista y humanista que a partir de este momento fueron fundamentales en su personalidad. A su vuelta de Roma, en 1489, se reincorporó a la fase final de la Guerra de Granada, participando activamente en el cerco de Baza y en 1491 fue nombrado Capitán General de la frontera.
Más Granada arqueológica
El fin de la guerra y la conquista de Granada sirvió para afianzar aún más su figura. Hombre de confianza de los Reyes Católicos, fue nombrado alcaide de la Alhambra y de todas las fortalezas estratégicas para la defensa de la ciudad y del reino.
La Alhambra como ciudad palatina albergaba numerosos palacios, muchos más de los que hoy día se encuentran en pie. En el interior del recinto existen varias construcciones palaciegas conservadas como restos arqueológicos que hablan de la historia del conjunto monumental y completan la visión de la aristocracia y la casa real nazarí.
Localización Jardines del Partal. Casa real de la Alhambra
Descripción Conjunto de edificaciones y jardines que formaban parte de un palacio nazarí del siglo XIII, reconvertido en residencia nobiliaria del conde de Tendilla.
Cronología Finales del siglo XIII-XIV y reformar en el XVI
Tipo de protección Forma parte del conjunto monumental de la Alhambra y Generalife.
Quizás uno de los más interesantes son los restos de lo que se conoce como Partal Alto por ser uno de los primeros que se construyeron en la colina, atribuido a Muhammad II (1273-1307), sucesor del fundador de la dinastía, y reformado tardíamente a principios del siglo XV por Yusuf III. El topónimo ha variado poco desde su creación ya que aparece citado en alguna fuente árabe como Bartal, de donde se deriva 'partal'. Se le adjetiva como alto para diferenciarlo del Partal Bajo, construido más tarde por Muhammad III, aunque lo cierto es que parece que ambos formaron parte de una misma unidad.
Asentado Íñigo López de Mendoza en la Alhambra, en 1494 los Reyes Católicos le donaron una serie de inmuebles para su establecimiento dentro de la ciudadela, acordes a su dignidad, entre los que se encontraban el antiguo palacio del Partal, con sus huertas y jardines.
Como hemos dicho, era uno de los palacios nazaríes más tempranos, anterior al de Comares y al Cuarto de los Leones, muy similar en planta a otras residencias aristocráticas del siglo XIII, como el Palacio de los Abencerrajes. Desde que fue donado al conde de Tendilla fue su residencia, también de forma intermitente la de su hijo, don Luis Hurtado de Mendoza, y sus sucesores hasta que lo abandonaron definitivamente a mediados del XVII.
En realidad a día de hoy no se conoce la planta completa del palacio porque tras su abandono fue demolido y una parte quedó integrada en la huerta de Santa María de la Alhambra, cubierta de escombro y de tierra para crear una parata de cultivo. Los restos visibles son producto de las excavaciones que hizo Leopoldo Torres Balbás entre 1929 y 1934, posteriormente restaurado por Francisco Prieto Moreno. De sus trabajos nos ha llegado un plano muy preciso de las estructuras que aparecieron, con detalles sobre el tipo de pavimentos, conducciones y otras infraestructuras del palacio.
La construcción principal era un edificio con patio rectangular, orientado de norte a sur, con tres sectores de similares dimensiones: gran alberca central y dos zonas ajardinadas alrededor, con un andén transversal. Los lados menores se encontraban porticados, con una pequeña qubba –es decir una sala cuadrada cubierta con cúpula– con dos alcobas laterales, mientras que los laterales estaban ocupados por crujías, muy estrechas, probablemente con dos alturas. El acceso no se conoce con precisión, pero es posible que se localizase en el extremo oriental, donde además quedan los restos de un baño árabe y la conexión con la calle Real de la Alhambra.
Además, existían otros edificios anexos que fueron transformados por el conde de Tendilla para adecuarlos al gusto y necesidades de la época o demolidos cuando comenzaron las obras del palacio de Carlos V. En el siglo XVI ambos palacios estuvieron unidos por un paseo plantado de alamedas, conocido como la alamedilla.
Al oeste del edificio principal existen otras dos construcciones más pequeñas, organizadas también alrededor de patios, que podrían haber formado parte de la zona de servicio o simplemente se añadieron en época cristiana cuando se convirtió en la residencia de los Tendilla.
En la zona exterior, al norte, había un corredor que conectaba con las paratas que descendían hasta las huertas y jardines donde encontramos un gran albercón que precede al conocido como palacio del Partal, proyectándose como un verdadero mirador sobre la ciudad. El conjunto se completaba con el pequeño oratorio que se encuentra junto al palacio. En época cristiana se construyó un cenador, de planta cuadrada rodeado de un estanque en forma de U y unos corredores, todo pavimentado de empedrado fino con distintos motivos geométricos, probablemente el más antiguo empedrado granadino, introducido como influencia del Renacimiento, reminiscencia de los mosaicos helenísticos de cantos rodados.
La historia de este palacio se completa con su abandono y desaparición a partir del siglo XVII, cuando dejó de ser residencia del capitán general del reino y pasó a arrendarse a soldados de la guarnición de la Alhambra. El estado ruinoso en el que se hallaba a mediados del siglo XVIII hizo que se demoliese y los materiales resultantes del derribo fueron reutilizados en las obras de reformas y reparos de la Alhambra.
Actualmente pasa desapercibido. Por su aspecto se asemeja más a un jardín que a los restos arqueológicos de un palacio porque tras las excavaciones de Torres Balbás se optó por embellecer la zona plantando parterres y empedrando los antiguos patios, corredores y estancias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.