Antonio Cambril, un día de perros

En su salsa ·
El candidato de Podemos IU Adelante se relaja paseando con Vicky y sus achaques

Carlos Morán

GRANADA

Lunes, 20 de mayo 2019, 01:23 | Actualizado 09:47h.

La cita se pone interesante nada más empezar. «La perra se llama Vicky, pero podéis llamarla como queráis porque es sorda», avisa Antonio Cambril (Larache, 1958), candidato de Podemos Izquierda Unida (IU) Adelante a la alcaldía de Granada, nada más llegar al Parque Tico Medina ... para someterse al escrutinio de los periodistas que quieren observar al político en su salsa con el objetivo de mostrar su 'lado humano' -lo cual no presupone que tenga uno inhumano- a los posibles votantes. En el caso de Cambril, se trata de compartir un rato con él mientras pasea a Vicky, que es una caja de sorpresas. «Adopté a Vicky hace ocho años y me di cuenta de que había algo raro en ella cuando pasaron unas semanas. Le decía cosas y nunca me hacía caso. Pregunté y ya me confirmaron que era sorda», recuerda Cambril, y, antes de que los informadores puedan digerir la explicación, añade: «También es ciega. Bueno, ve un poco por un ojo». Vaya por dios. Como ocurre cuando en un funeral alguien mete la pata y quiebra la solemnidad, los periodistas no saben si reír o llorar.

Lo cierto es que el comportamiento de Vicky, una musculada bóxer de color blanco y energía desbordante, no invita a la tristeza. Es un compendio de enfermedades, pero también de extravagancias y cómicos superpoderes. Por ejemplo: «No ve, pero es capaz de encontrar una pelota de tenis oculta a 200 metros de distancia. Se conoce que, como le fallan otros sentidos, su olfato se ha desarrollado mucho para compensar. Le vuelven loca las pelotas», razona el candidato. El parte médico de Vicky es más entretenido que una filmación de Félix Rodríguez de la Fuente. Aclaración para los 'millennials' y posteriores: Félix fue un célebre naturalista que logró que su programa 'El hombre y la Tierra' fuera uno de los más vistos de la historia de la televisión en España. El secreto de su monumental éxito se basó en dos pilares: sólo había una cadena y el producto era bueno.

Si Félix, que falleció en un accidente de helicóptero cuando grababa una carrera de trineos tirados por perros en Alaska, hubiese conocido a Vicky seguro que la habría convertido en una estrella de la pequeña pantalla (que es como se llamaba a las teles antes de la aparición de los 'plasmas').

Juntos en el sofá

«Recientemente descubrí -prosigue el candidato de Podemos IU Adelante con la descripción 'patológica' de su mascota- que se quedaba como dormida y empezaba a hacer un ruido muy raro, como si se ahogase (Cambril emite una especie de gemido gutural para que los periodistas se hagan una idea). Cuando le sucede eso, no hay que despertarla bruscamente. Le soplas en la cabeza y se le pasa. Total, que la llevé al veterinario y me dijo que tenía como una masa en el pecho. Parece que es un tumor», detalla el dueño de Vicky.

Sin embargo, la perra se empeña en minimizar sus padecimientos con incesantes cabriolas y un comportamiento jovial. Cambril aventura una justificación para esa aparente paradoja. «Está muy bien alimentada. Yo, que soy bastante cocinitas, le hago platos especiales. Y me suelen salir muy ricos, tanto, que acabo comiendo lo mismo que ella».

También duermen juntos en un sofá. Primero se acuesta el candidato y, cuando el sueño le ha vencido, el animal aprovecha para tumbarse sobre su abdomen. Está claro que se quieren.

Vicky es como uno de esos personajes neuróticos de Woody Allen que consiguen que quienes les rodean terminen por reírse de sus propios achaques. No ve, no oye, pero corre que se las pela y brinca todo el rato. Es un chute de energía, un ejemplo de superación, un ciclón que no amaina. Si supiera hablar diría: «Sí se puede».