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Javier F. Barrera
Granada
Miércoles, 5 de junio 2019, 01:17
La gente compra fruta y verdura en el comercio que hay junto a la sede de la asociación de vecinos de La Chana, en la ... carretera antigua de Málaga. «Sólo sé que el AVE va a llegar por fin porque me ha saltado una notificación en el móvil», dice uno de los responsables, mientras el otro, cargado de cajas de verduras ya vacías, asiente con la cabeza. La única cliente que en ese momento se encuentra en la tienda interrumpe y suelta:«El 26. El AVE llega el 26».
No se habla de otra cosa en La Chana. El AVE, esa serpiente metálica que les ha picado el corazón y les separa del barrio de la Rosaleda y del Camino de Ronda, llega; pero sólo les ha dejado media sonrisa. Reconocen todos a una que «es bueno para Granada, por el tema, por ejemplo, del turismo». «Pero nosotros lo queremos soterrado», defienden.
En la Circunvalación de la Encina, mentidero oficial del barrio, los jubilados hablan de todo un poco apoyadas las manos sobre sus cayados, tocados con sus sombreros, con las camisas abiertas por las que se ve la camiseta interior blanca. Son categóricos: «Me parece muy mal la llegada del AVE porque tenía que haber llegado antes. Mucho antes. Hace veinte años que lo esperamos. Ahora ya no sé si alguno de nosotros se montará». Al mismo tiempo, apostillan con unanimidad: «Es bueno para Granada». Y, de igual forma, están resignados a que el soterramiento nunca verá la luz:«Eso vale mucho dinero. No se hará nunca».
Paco López de Haro, presidente de la asociación de vecinos de Rosaleda, defiende: «Ya teníamos ganas de que el AVE entrara en Granada cómo sea. Lo que no podía ser es que Granada permaneciera aislada del resto de España. Para nosotros es una satisfacción saber que el AVE ya va a entrar. Lo que sí es verdad es que también estamos un poco molestos porque queríamos que entrara soterrado, también es verdad. Pero vamos a que entre y luego seguiremos luchando».
Rufo F. Ocaña | AAVV La Chana
José Luis Alcalá, de la AAVV Rosaleda, es rotundo:«Ya era hora, ya era hora –repite–, porque ya son varios años los que se lleva luchando mientras Granada ha estado aislada». Y continúa: «Ha habido partidos que han peleado y otros se han escondido, pero para mí es una satisfacción que el AVE aparezca por Granada. La pelea también es la manera de meterlo, pero eso conlleva unos gastos enormes. Me gustaría verlo, pero me parece muy imposible el soterramiento».
Rufo pasea por la carretera antigua de Málaga con su nietecilla. Es el histórico presidente de la asociación de vecinos de La Chana, toda una vida de lucha y reivindicación por el barrio. El esfuerzo se lo pagan los vecinos con abrazos, saludos y convidadas, con lo que pasear con él por este barrio es como una escena a cámara lenta, ya que se para cada dos por tres con alguien y pegan la hebra.
Esta mañana suave que sabe a últimos días de primavera trae aire fresco y la noticia de la fecha de la llegada del AVE. No se habla de otra cosa aunque en todas las terrazas de las cafeterías del barrio hay peña que ya lleva puesta la camiseta del Granada CF. AVE y fútbol. 'Panem et circenses', que sabiamente avanzaron los romanos.
La escena del travelling de Rufo y La Chana se detiene en una cafetería que descansa bajo la sombra frondosa de unos árboles. Tras pedir cafelitos descafeinados y un trozo de pan para su nieta, acelera. A toda máquina. ¡Más madera! «Nuestra lucha no era el AVE, la llegada del AVE a Granada, algo que era y es de cajón. Nuestra lucha es el soterramiento. Sí o sí».
Y se reivindica: «Somos la Marea Amarilla. Despertamos a la ciudad cuando nos estaban mareando con cifras y fechas y todo estaba a punto de desmantelarse. Sacamos a la gente a la calle y luchamos contra el aislamiento ferroviario. Y ahora tenemos que ver a otros que se apuntan el tanto. Ya se lo he dicho».
–¿El qué?
–Lo del tanto. Que el tanto del AVE no es suyo. Es de todos.
Rufo se detiene a sorber su vaso de café. Y retoma el hilo de su discurso. «Solamente han cumplido una de las cuatro grandes reivindicaciones. Vale que llega el AVE, pero nuestra lucha es por la conexión de Moreda. Y de eso no hay nada. Nuestra lucha es por el 'abrazo a la Vega'. Y de eso nadie quiere saber nada. Y nuestra lucha es por el soterramiento de las vías».
Paco López de Haro | AAVV Rosaleda
Entonces, tira de memoria. «El estudio de viabilidad del soterramiento caduca en próximas fechas. Significa que tienen que tomar una decisión para empezar a financiarlo con los plazos y tiempos que sean necesarios». La asociación de vecinos de La Chana y su presidente creen que «con este Gobierno, por el de Pedro Sánchez, hay más predisposición. Pero estamos y estaremos atentos». Vuelve a pensar para medir sus palabras. Decide no callarse. «Como no cumplan, volveremos a las calles. A las protestas. A criticar los incumplimientos. A denunciar las mentiras, los engaños». «Se ha conseguido que llegue el AVE, sí. Es cierto. Pero nada sabemos del soterramiento de las vías que parte nuestro barrio y su futuro por la mitad». Y antes de terminar, lanza un último navajazo. «A ver qué hace ahora la Mesa del Ferrocarril. Ya dijimos en su día que solamente peleaba por la llegada del AVE, y no querían saber nada sobre el resto de las reivindicaciones. Veremos ahora si se convoca y sigue la lucha».
Sobre la pasarela peatonal que cruza las vías del tren y une los barrios de Chana y Rosaleda se congregan algunos de los componentes de la Marea Amarilla. El calor aprieta. Sebastián Rivera, de La Chana, es muy duro: «No vamos a conceder ni medio milímetro en la lucha por el soterramiento».
A su lado, Eugenio Delcarpio, de Rosaleda, lo confirma: «Está bien porque los trenes nos hacían falta, pero lo que se persigue sobre el soterramiento, se queda en el aire. No tenemos ningún representante que se moje». Mari Luz, Encarna y Luisa le jalean tras estas palabras. La primera de ellas lo deja claro: «Al AVE lo entierran antes que a mí». Miran hacia el horizonte a ver si lo ven aparecer. Nada. «El lunes todo el día 'parriba' y 'pabajo', hoy ni uno». Siempre esperando al AVE.
Paco Rodríguez, uno de los portavoces de la Marea Amarilla, estima que «aunque es importante para Granada, no es nuestra prioridad la llegada del AVE, porque luchamos por una remodelación de nuestros barrios y por el soterramiento». Se muestra positivo también porque «nos parece bueno que hayan licitado la primera parte de la Variante de Loja, que es otra de nuestras reivindicaciones. Pero la llegada del AVE nos sabe a poco». Explica entonces lo que ha sido el hilo conductor de sus protestas:«Estos dos kilómetros de vías rompen por la mitad nuestros barrios, y el soterramiento le daría un buen tono a Granada. Le vendría muy bien». Insiste por otra parte en que «Granada se merece el AVE, y tenía que haber llegado mucho antes», pero recuerda que «además de por el soterramiento, luchamos por la comunicación con el Norte de la provincia». Menciona entonces a las plataformas por el tren creadas en Baza y Guadix, «que suponen la comunicación con el Levante, que también es otra de nuestras reivindicaciones». Su conclusión es que como Marea Amarilla «vamos a estar vigilantes para que haya un AVE de verdad en Granada», termina.
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