Unas titanes de bata blanca
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El suministro de medicamentos está garantizado en las farmaciasAbierto por cuarentena ·
El suministro de medicamentos está garantizado en las farmaciasLunes, 23 de marzo 2020, 01:39
La entrada a la Farmacia Valenzuela está festoneada de carteles advirtiendo de que no hay mascarillas, alcohol y ni gel desinfectante. Resulta extraña la entrada a un comercio con tantos noes. Y, sin embargo, eso es lo que hay. En este caso, lo que ... no hay.
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Aún así, la gente prueba suerte, dando por sentada la respuesta negativa: «No tenéis mascarillas, ¿verdad?». Y acto seguido, la ilusión, la esperanza. Es lo que realmente persiguen: «¿Os pueden traer en los próximos días?» Lola y Rocío, las responsables de la botica, se muestran pesimistas sobre ese particular. Tienen claro que la prioridad son los hospitales. Y razón no les falta, por frustrados que nos podamos sentir.
De forma inconsciente, a la hora de elegir una farmacia que visitar para esta serie de reportajes, volví a mi antiguo barrio, donde viví tantos años siendo crío. Y menos crío. Siempre he tenido buena salud, pero mientras charlo con Lola y Rocío se me viene a la cabeza la cantidad de medicinas que salieron de este establecimiento y que mi madre me administró con tanto cariño como santa paciencia: Actithiol, Sulfintestín neomicina (que a mí me sonaba a medicina criminal) y aquel antibiótico soluble de horrible sabor de cuyo nombre no puedo acordarme.
Crisis del Coronavirus
Estamos en los Alminares del Genil. Lola y Rocío nos confirman que ya no entra tanta gente preguntando por lo que no hay. ¡Menos mal! Eso sí, durante los días en que había guantes desechables, alcohol y mascarillas, hubo acaparamiento. Ahora da rabia no haberle puesto coto a todo aquello.
–¿Cómo lo estáis viviendo?
Risas nerviosas.
–Bien. Con un poco de resignación. Los primeros días fueron una locura. Desde el miércoles, la cosa se relajó un poco. Los vecinos y las familias de las personas mayores se están portando muy bien. Vienen por sus medicinas y se las llevan a casa. Hay mucha concienciación sobre este tema.
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Ayer domingo se anunció que el Estado de Alarma se prolongará otros quince días. Lola y Rocío lo tenían claro. «Está calando entre la gente que esto se va a alargar. Así, en cuanto nos entra algo de alcohol, vuela sobre la marcha. También se está vendiendo mucho el gel de aloe vera, utilizado para hacer alcohol casero».
Hace un par de semanas, si alguien hubiera escuchado esta conversación habría pensado que estábamos escribiendo el guion de una película de gángsteres que transcurriría durante la Ley Seca estadounidense de los años 20 del siglo pasado. Internet hierve de fórmulas magistrales para hacer tu propio alcohol.
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–¿Es seguro fabricar alcohol en casa?
–Es esencial que la gente se asegure de que esas fórmulas magistrales que aparecen en internet estén avaladas por la OMS.
Con el alcohol casero ocurre como con el periodismo: no todo vale. Es imprescindible ir a las fuentes y contrastar la información. Asegurarse de que estamos haciendo las cosas bien.
¿Ha cambiado en algo las rutinas de la farmacia esta crisis? Lola y Rocío mantienen el mismo horario de mañana y tarde, pero cierran al público media hora antes, tanto a mediodía como al final de la jornada, para desinfectarlo todo.
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Han creado un pasillo con los expositores para canalizar el paso de los clientes, que no tienen problema en hacer cola fuera de la farmacia e ir entrando de uno en uno. Nadie toca nada. Los clientes esperan, piden, dan sus recetas, pagan y se marchan.
Lola y Rocío tienen claro que «estamos haciendo un gran esfuerzo y exponiéndonos a una carga vírica muy fuerte. Es necesario que la gente tenga cuidado, que salga solo para lo más urgente, por su bien y por el de los demás».
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Uno de los primeros focos de coronavirus detectados en Granada llevó a cerrar el Centro de Salud de Góngora, situado muy cerca de la Farmacia Valenzuela. ¿Cómo repercutió en su día a día? «Al principio fue complicado. La gente estaba sin recetas y los teléfonos de contacto, colapsados. Había que insistir para recibir contestación. Ahora ya han puesto más líneas y funciona todo bien. Las recetas llegan sin problema y no hay ningún contratiempo».
Aprovechamos para preguntar si, al margen de los productos de los que tanto hemos hablado, ha habido un incremento notable en la venta de otras medicinas. «La gente se lleva más vitamina C y suplementos para mejorar las defensas, por ejemplo. Por lo demás, nada especialmente significativo».
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Salimos de la farmacia con la sensación de que Lola y Rocío también son superheroínas. Dos de esas personas que, con su profesionalidad, su sentido común, su preparación y su experiencia, contribuyen a que el estado de slarma resulte menos alarmante, a que los ciudadanos nos sintamos más tranquilos, seguros y confiados. Nuestros aplausos de esta noche también irán por ellas. ¡Gracias!
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