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En las más de cien hectáreas de un antiguo terreno agrícola de la localidad de Escúzar, donde hace años crecían almendros de secano, se encuentra ... uno de los tesoros de Europa: la mina de Kandelium Minerales S. A., de la que sale el 90% del suministro de sulfato de estroncio (celestina) que consume la industria europea. Desde las pantallas de móviles y ordenadores, hasta los aparatos eléctricos, pasando por la cerámica, los motores y los paneles solares hasta los fuegos artificiales rojos, todo necesita este mineral en su proceso de fabricación. Pero además las ferritas de estroncio tienen otras aplicaciones para la fabricación del motor del tren motriz y los aerogeneradores, en las que se utilizan como alternativa a los imanes de tierras raras que son controlados por China.
El proyecto de la mina de Escúzar comenzó a gestarse en 1982 y las primeras explotaciones se iniciaron en 1990, con muchos de los profesionales de la comarca del Temple que siguen desde el primer día. En estos años, la mayor mina de estroncio de Europa y la segunda del mundo, solo por detrás de un yacimiento de Méjico, sí ha cambiado de propietarios. Desde 2021 está en manos de Kandelium, el líder mundial en la producción de carbonato de estroncio, que mueve el 40% del mercado global. Fundada en 1890, Kandelium tiene su sede central en Alemania y minas en España y Méjico.
La de Escúzar es una mina a cielo abierto, donde la extracción se realiza con medios mecánicos y sin uso de explosivos, mediante bancos descendentes, en combinación con un sistema de transferencias. La celestina está muy mezclada con caliza y yeso, por lo que es necesario romper la roca, separar el mineral y transportarlo en camiones a la planta, dentro de la misma mina, donde se procesa. Es la única empresa del mundo que concentra el mineral desde un depósito de baja calidad (30-60% SrSO4) hasta lograr obtener un producto de alta calidad del 94% en SrSO4.
«Kandelium Minerales es el líder tecnológico en el procesamiento de celestina, nuestro proceso de flotación es único en el mundo que se lleva a cabo con éxito sobre este mineral. Logramos suministrar el concentrado de mejor calidad del mercado. Además el nivel de optimización que hemos logrado en nuestros procesos, tras años de inversión en tecnología e I+D nos llevan a aprovechar el 100% del recurso», afirma el director facultativo de Kandelium Minerales, Carlos González.
El producto final obtenido es un SrSO4 (Sulfato de Estroncio) de alta calidad que se envía –más de cien mil toneladas anuales– través del puerto de Motril hasta las instalaciones de Kandelium en Alemania, donde lo transforman en SrCO3 (Carbonato de Estroncio), que es producto que utiliza la industria. Aunque son los únicos en Europa, compiten en el mercado global con multinacionales de otros países y logran ser competitivos gracias al ahorro de costes logísticos, por la cercanía de Escúzar al puerto de Motril y la calidad que consiguen con sus procesos. «Nuestra filosofía es la mejora continua, hemos desarrollado procesos muy avanzados para ser competitivos porque partimos de la extracción de un depósito de baja calidad», insiste.
El director facultativo de la mina explica que, desde hace más de 35 años, son uno de los pilares y gran motores económicos de la comarca del Temple, de donde proceden la mayoría de sus profesionales. Tienen una plantilla fija de unos 24 trabajadores en la mina y generan otros cincuenta empleos en las empresas externas que trabajan para ellos, por ejemplo en el transporte hasta el puerto.
Además, al pertenecer a una multinacional principalmente química, los protocolos de seguridad en el trabajo y medioambientales con los que complementan los exigidos en la minería. Pero si de algo están orgullosos en Kandelium es de haberse convertido en el gran referente en minería moderna y sostenible.
Son una mina con residuos mineros cero, ya que actualmente todos ellos se destinan a la rehabilitación de las superficies afectadas por la explotación ya que estos están formados principalmente por yeso y caliza, estan caracterizados como residuos inertes y por tanto inocuos al medioambiente.
Ahora están inmersos en grandes proyectos de restauración minera en zona donde se ha finalizado la explotación del mineral donde se están cerrando el ciclo y devolviendo el suelo a su estado natural. Ya se han recuperado unas 25 hectáreas de superficie ya explotada, donde se ha borrado la huella de la actividad minera con la plantación de cultivos agrícolas en un 80% y de vegetación autóctona en un 20%. La mina ha trabajado con colaboración el departamento de Botánica de la UGR para definir el modelo de restauración del hábitat gipsícolas y en la parte agrícola ha sembrado cereal para la estabilización del terreno donde en el próximo año se plantarán más de dos mil olivos. Pero además las aguas industriales generadas se asemejan en calidad a la potable y toda se reaprovecha, esto es posible a que todos los productos usados en los procesos de concentración son biodegradables y respetuosos con el medio ambiente.
«Somos una minería circular y sostenible que a lo largo de los años. A través de la mejora continua hemos llegado al aprovechamiento del 100% del recurso mineral, reduciendo la generación de residuos mineros y reutilizando y revalorizando el resto. Es la filosofía de trabajo que este grupo ha desarrollado desde sus inicios y que está en línea con lo que actualmente se demanda en la minería actual», esgrime González Madrid. Son además una mina con futuro. La zona occidental del yacimiento se lleva explotando 35 años pero queda toda la zona oriental, por lo que podrán mantener la actividad más de 30 años.
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