La lluvia da un giro de 180 grados al campo, que salvará el año en Granada
Una lluvia de 1.700 millones ·
El agua encarrila las cosechas de norte a sur de la provincia tras dos años de economía de guerra por la sequíaSecciones
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Una lluvia de 1.700 millones ·
El agua encarrila las cosechas de norte a sur de la provincia tras dos años de economía de guerra por la sequía«Esto es un milagro». La expresión de alivio del representante sectorial del aceite en Cooperativas Agroalimentarias de Granada y presidente de Aceites Algarinejo, Rafael Almirón, resume bien el sentir del campo y la alegría desbordada de los agricultores que estos días miran emocionados el ... espectáculo de los ríos que llevaban años desaparecidos en Almuñécar o a los arroyos perdidos que han vuelto a brotar en Íllora o Zafarraya. Pocas veces llueve a gusto de todos, incluso en el campo, pero esta vez lo ha hecho mucho y bien, de norte a sur de la provincia, sin hacer daño en ningún cultivo y justo cuando más falta hacía. Los hasta 500 litros por metro cuadrado acumulados en algunos puntos de la provincia, –cuando en todo el pasado año hidrológico no cayeron ni 300– han llegado para salvar las más de 41.000 explotaciones agrarias de la provincia. Además de salud, han llovido jornales y futuro.
Un agua bendita que encauza cosechas y pone a salvo los 1.700 millones de euros de valor anual de la producción agraria y ganadera de Granada, según los datos de la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.
Han bastado dos meses de lluvia intensa rematada por una Semana Santa apoteósica de agua para sacar al campo del estado de extrema emergencia en el que estaba sumido tras dos años de producciones mermadas que han desplomado las rentas.
Aún así los agricultores granadinos no echan las campanas al vuelo. A las cosechas les quedan muchos meses a la intemperie, el olivar tiene que superar el periodo crítico de la floración y las secuelas del estrés hídrico son profundas en los árboles, pero si en algo coinciden todos los representantes de organizaciones agrícolas y expertos consultados es que el escenario y las proyecciones de futuro han dado un giro de 180 grados. Tras dos años en los que las explotaciones han sobrevivido en economía de guerra, el agua ha vuelto a hacer girar la rueda, en las fincas se vuelve a abonar y a invertir con la esperanza de volver a tener unas cosechas normalizadas.
En el caso del olivar, que viene de encadenar dos campañas de 56.000 toneladas, menos de la mitad de lo normal, el agua de febrero y marzo ha sido providencial. Ha dado fuerza árbol para afrontar la floración, el periodo clave que permitirá hacer prospecciones sobre la próxima cosecha. «No esperamos desde luego cosechas récord, ni al olivar ni l almendro les da tiempo a desarrollarse y lo árboles siguen muy tocados pero vamos en la buena dirección para salvar el año y tener cosechas normalizadas, todo dependerá de la climatología en el verano», valora el secretario de Cooperativas Alimentarias de Granada, Gustavo Ródenas. Subraya, además, el impacto positivo general en los acuíferos y los beneficios para los cultivos, que verán reducido el riesgo de enfermedades.
«Estamos felices, no quiero ni pensar lo que hubiera sido metemos en otro verano sin que lloviera, hubiéramos estado terminados. Ahora la gente vuelve a invertir, a podar, a sulfatar, se están movilizando el doble de jornales», esgrime Rafael Almirón, que confía en que, si todo marcha bien, la de 2024-25 pueda acercarse a la media de las últimas diez campañas. Igualmente el cereal, que en muchas fincas se quedó a cero el pasado año, vuelve a tener esperanza gracias a este agua que ha llegado en el momento clave de desarrollo del cultivo. En cuanto a los invernaderos de la Costa, aunque no tenían problema de agua, también han agradecido la lluvia que ha normalizado y regulado el ciclo de las plantas, para no saturar el mercado.
Los que estaban en una situación más crítica junto al olivar, los subtropicales de Almuñécar y La Herradura, están lejos aún de salvarse pero también han mejorado notablemente. El vocal de COAG y presidente de la Junta Central de Usuarios de los ríos Verde, Seco y Jate, Juan Camacho, señala que un 30% de los pozos secos han recuperado cierto caudal. En la zona de Zafarraya las pequeñas acequias vuelven a llevar agua al acuífero y garantizan una normalidad en la campaña del verano. Y si hay un cultivo al que la lluvia ha propulsado es el espárrago, en el que Granada es líder nacional. La cosecha será excepcional en calidad y un 25% mayor en producción, según UPA. «Nunca después de Semana Santa habíamos tenido precios tan altos, 3,50 euros en origen», señala satisfecho el secretario de UPA, Nicolás Chica.
También han dado un giro de 180 grados en la Vega, donde afrontaban otro verano con restricciones de siembra ante el recorte de la dotación de agua del pantano de Canales, que ahora se revisará. Tenían que echar el año con la mitad del agua y ahora vuelven a esperar a la dotación completa. «El año pasado en marzo ya tuvimos que pedir agua de desembalse y ahora mismo podemos aguantar porque la tierra se ha hartado de agua. Esto es un milagro, si no es por esta lluvia este año no salimos adelante», resume el secretario de la Comunidad de Regantes de la Acequia Gorda José Luis Taboada.
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