Una mano biónica tan única como su propia mano
De la mano ·
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El nombre técnico es i-digits, un dispositivo protésico diseñado exclusivamente para Antonio que funciona con electrodos en contacto con su pielLa mano biónica de Antonio Caballero es tan suya como su propia mano. Nadie, por mucho que quisiera, podría enfundarse esta tecnología y hacerla funcionar. Está diseñada y construida a medida de su amputación, haciendo coincidir los sensores con los puntos clave de su musculatura, es decir, donde llegarían las señales nerviosas de su cerebro para hacer que moviera los dedos. Esa especialización tan intensa es la que hace que no todo el mundo pueda ser receptor de uno de estos dispositivos de última generación, valorados en más de 50.000 euros.
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Iván Germán es técnico en España y Portugal de Össur, la empresa internacional que construye estas prótesis. De hecho, él es el responsable último de la mano biónica de Antonio. «Este dispositivo es eso, una mano. Un dispositivo que fabricamos exclusivamente para la persona. Con Antonio hemos tenido que reemplazar el pulgar, el segundo, tercer y cuarto dedo», explica. El nombre 'real' de la mano biónica es 'i–Digits Quantum' y está indicado para ausencias de uno a cinco dedos. La mano funciona de dos maneras: respondiendo a las órdenes directas de su portador o bien realizando hasta 32 posiciones automáticas que se ejecutan con impulsos musculares concretos. Así, el i–Digits viene con una aplicación para iPad donde cargar y calibrar movimientos y actualizar el software.
La mano viene dentro de una maleta con cargador, fundas cosméticas y repuestos para cada dedo, por si alguno se rompiera. Y la banda de la muñeca porta las baterías y el microprocesador. «La mano tiene unos electrodos en el interior que, una vez que se coloca el dispositivo, entran en contacto con su piel. Antonio, simplemente pensando desde su cabeza en una acción concreta muscular, como pueda ser separar el meñique, todo su sistema nervioso central periférico va a conducir una señal eléctrica que estos electrodos van a recoger. Cada dedo es multiarticulado e independiente y se va a mover en conjunto si hace falta o por separado para realizar una tarea concreta». Así, el aprendizaje es fundamental para vestirse, asearse, preparar el desayuno o, ppor supuesto, trabajar.
«La mano requiere mucho entrenamiento. Fijaos lo difícil que es: si vamos a agarrar algo haciendo la pinza –Germán junta el pulgar y el índice, con el resto de dedos plegados–, nosotros no pensamos qué hacer con cada dedo, simplemente vamos y lo cogemos. Antonio tiene que disociar esos movimientos, para que sean aislados, con la dificultad añadida de que su meñique no se mueva nada. Un leve movimiento del meñique puede hacer que abra la mano sin querer». Sonriente y orgulloso, Germán termina: «Verle la sonrisa de ser capaz de hacer algo que hasta hace nada no podía es una satisfacción mía personal».
En España hay pocos centros donde se desarrolle este tipo de procesos. Uno de ellos, quizás el más importante, es el Hospital de Asepeyo en Coslada, Madrid. Allí acuden miles de pacientes al año para, literalmente, reaprender a vivir. «Este hospital es una mutua que se encarga de recuperar a trabajadores», dice Mónica González Nuño, que hasta hace poco era la responsable de la Unidad de Prótesis y Ortesis del centro (ahora trabaja en la unidad de amputados de La Paz). «Tenemos pacientes politraumatizados y enfermos muy graves que realizan un tratamiento rehabilitador intensivo buscando que se incorporen al trabajo y puedan recuperar sus máximas capacidades lo antes posible».
Basta un paseo por el hospital para entender donde estamos y lo duras que se habrán vuelto las vidas de sus pacientes. Aquí hay salas de rehabilitación, de juegos, piscina, zona de masajes... y hasta un esqueleto biónico. «El primero que hubo en España», apunta González. Una de los espacios más importantes del hospital es 'la otra cocina'. «Lo cierto es que es una cocina normal y corriente, pero no la usamos para cocinar», explica la doctora. En la habitación hay una encimera, cajones con cubiertos, armarios, fregadero, utensilios de limpieza... «Es un lugar fundamental para aprender a manejarse con la prótesis. Aquí él y todos los pacientes aprenden a realizar tareas de la vida cotidiana, para que puedan manejarse en su futuro».
De la Mano
José E. Cabrero
José E. Cabrero
José E. Cabrero
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Curiosamente, el caso de Antonio fue descartado en un principio, por lo peculiar y complicado de su situación. «Era muy complejo. El problema es que había dos remanentes en el segundo y tercer dedo que dificultaban la protetización –recuerda la doctora–. Un remanente es, por así decirlo, parte de hueso, piel y articulación que nos dificultaba ponerle el segundo y tercer dedo. Llegamos a la conclusión de que, como era un paciente con muchas ganas de continuar con un gran empuje personal, íbamos a solicitar que le amputaran esos dos remanente para poder ponerle la mano biónica».
El día que Antonio recibió su mano biónica definitiva, Mónica e Iván le preguntaron cómo se sentía. «¿Que cómo me siento? –respondió el maracenero, aturdido–. Son tantas cosas, después de tanto tiempo... Estoy emocionado y contento. Puedo hacer cosas que ya no podía hacer. Y eso parece un milagro». Mientras Antonio se marchaba del hospital, la doctora González reflexionaba sobre su historia: «No hablaría de milagro, pero sí del gran trabajo de muchas personas: cirujanos, rehabilitadores, terapeutas ocupacionales, técnicos de ortopedia, fisioterapeutas y sobre todo de Antonio, que es un paciente muy dispuesto y con buen humor. Así da gusto».
'De la mano' es un documental de IDEAL. Si te suscribes a OnPlus durante marzo, donaremos el importe del primer mes íntegramente a la Asociación Granadina de Afectados de Esclerosis Lateral Amiotrófica (Agraela).
Escrito y dirigido por José Enrique Cabrero.
Imagen: Ramón L. Pérez.
Montaje: Amanda Martínez.
Postproducción: Javier Martín.
Infografía: Carlos J. Valdemoros.
Animación: Jaime Visedo.
Canción 'Dominar el tiempo', Dolorosa.
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