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Lunes, 25 de enero 2021, 16:28
Los vecinos de Santa Fe no recordaban un terremoto como el que sintieron la mañana del 9 de octubre de 2018. El seísmo agitó la zona Noroeste del Área Metropolitana y, con 4,4 grados, fue el cuarto de más intensidad de los últimos veinte años. En municipios como Láchar, Cijuela o Pinos Puente, los vecinos sentenciaron que ninguna de las sacudidas –más de una decena, tras la que inauguró un «enjambre sísmico» a principios de septiembre– se podía comparar con aquel temblor.
Casi había que remontarse a 1956.
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Diego Callejón Carlos Valdemoros
Chema Ruiz España
La tarde del miércoles 19 de abril de aquel año, en la zona comprendida entre Sierra Elvira y Granada, se registró uno de los terremotos más importantes del siglo XX en España. Los sismógrafos registraron una intensidad de ocho grados en Albolote y Atarfe, dos de los pueblos más afectados, donde se hundieron viviendas y muchas casas sufrieron daños considerables. Murieron siete personas como consecuencia directa del temblor; dos días más tarde, cuando aún continuaban las réplicas, se hundió una cueva del Beiro en la que perecieron sepultados un matrimonio y sus tres hijos. Los daños materiales se valoraron en 20 millones de pesetas de la época. En la capital, parte de la cornisa de la Audiencia se desplomó, la cruz que corona la fachada de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús cayó al pavimento de la Gran Vía y se agrietaron la iglesia de San Matías y el Arco de Elvira. El 2 de mayo, Franco visitó la zona más afectada. Cuentan que dijo: «que Dios me dé fuerzas para remediar todo esto».
Sin embargo no fue el más destructivo que recordamos. Ese título lo tiene el que tuvo lugar en 1884 en Arenas del Rey.
Se calcula que bastaron unos 15 o 20 segundos para destruir por completo Arenas del Rey, donde más del 90% de las casas se derrumbaron total o parcialmente durante la noche del 25 de diciembre de 1884. En sus calles se abrieron grietas de 30 metros de largo y de entre cuatro y diez centímetros de ancho y murieron 135 personas. Sin embargo, el mayor número de muertos se registró en Alhama de Granada, donde fallecieron 463. Los estragos fueron devastadores en un buen número de pueblos más: Albuñuelas, Ventas de Zafarraya, Jayena, Nigüelas, Dúrcal, Loja, Chimeneas... Hubo pueblos que llegaron a cambiar su ubicación por completo, como Arenas del Rey o Ventas de Huelma; otros, como Játar o Santa Cruz del Comercio, tuvieron que ser reconstruidos en su totalidad. El balance, de más de 900 muertos y miles de heridos, impresionó a toda España. Tanto que el rey Alfonso XII, que se encontraba enfermo de tuberculosis, se desplazó a Granada para conocer el alcance de la catástrofe. Nueve meses después de aquella dramática visita moría Alfonso XII; fue uno de los últimos gestos solidarios de su corta vida.
Aquel domingo de finales del mes de julio de 1979 Granada sitió que la tierra temblaba siete veces. La primera sacudida, de 4,3 grados en la escala de Richter, se produjo a los dos y cincuenta y cinco de la madrugada; la última, a las ocho de la mañana. Los perros no dejaron de ladrar hasta el amanecer, cuando la luz de las primeras horas minimizó el miedo.
Al día siguiente, Granada siguió temblando. A las doce menos cuarto, los vecinos del Zaidín y el Camino de Ronda notaron especialmente la sacudida. El susto hizo que muchas familias abandonaran sus casas y buscaran un lugar seguro en la calle para pasar la noche. Los vecinos desplegaron mantas y sacos en solares de Los Vergeles o en la plaza de Fontiveros, y montaron tiendas de campaña en el Paseo del Violón y los Jardines del Triunfo. En corrillos, la gente contaba cómo habían sentido la tierra vibrar bajo sus pies: «¡Hoy ha sido botar de verdad!», decía uno; «pues yo he sentido una cosa por dentro, como lo que se siente subido en la noria», explicaba otro. «Todos los años ha habido una misa ofrecida por el Ayuntamiento a la Virgen por los terremotos y este año aún no», se lamentaba una parroquiana.
Estas sacudidas se prolongaron durante días y, aunque desde el Observatorio de Cartuja se hacían llamamientos para mantener la serenidad, algunos ciudadanos continuaron durmiendo en la calle durante varias noches. Era normal, no porque la situación fuera especialmente grave, sino porque durante años habían oído contar a sus propios padres y abuelos historias sobre el catastrófico terremoto que sintieron en sus carnes en el año 1956.
Granada es una zona de alta peligrosidad sísmica y su relación con los terremotos viene de antiguo. Cuentan las crónicas que cuando los Reyes Católicos se encontraban en Granada sintieron un temblor. «El rey Fernando estaba en la Alhambra y no se enteró. En cambio, la reina Isabel lo sintió en el campamento de Santa Fe, se asustó y decidió no convertir Granada en la capital del reino, tal como habían previsto anteriormente». Aunque fue el 24 de abril de 1431 cuando tuvo lugar uno de los más intensos, que incluso dañó el recinto de la Alhambra. Se desconoce la magnitud exacta, pero hay referencias en textos de la época que revelan que aquel temblor derribó gran parte de la muralla y el Palacio de Alixares. Lo recordaba en una ocasión en este periódico Manuel Espinar, experto en Historia Medieval de la Universidad de Granada. Las huestes del rey Don Juan II de Castilla tenían la ciudad sitiada cuando la tierra rugió. El seísmo causó una gran mortandad, destruyó cientos de edificaciones –«por las grietas cabía una persona de pie»–, dejó a la Alhambra sin sus rumorosas aguas y quebró las calles y la moral del monarca castellano, que ni siguiera paró a recoger el campamento, que estaba en lo que hoy es la vecina localidad de Atarfe, y alió pitando en dirección a Córdoba. «Lo más curioso es que, de ser exactas las crónicas, la conquista de Granada pudo haberse producido con seis décadas de antelación», comentaba Espinar.
24 de abril de 1431 VIII-IX Granada
4 de julio de 1526 VII Granada
30 de septiembre de 1531 VIII-IX Baza
13 de enero de 1804 VII-VIII Motril
27 de octubre de 1806 VIII Pinos Puente
25 de diciembre de 1884 IX-X Arenas del Rey
25 de mayo de 1901 VII, Santa Fe
31 de mayo de 1911 VII, Santa Fe
11 de agosto de 1913 VII Albuñol
25 de noviembre de 1913 VII Huéscar
28 de abril de 1918 VII Atarfe
19 de abril de 1956 VII Albolote
9 de junio de 1964 VII Galera
9 de septiembre de 1964, VII Otura
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