El alcalde y el socialista José María Corpas hablan momentos antes de abandonar el pleno. Ramón L. Pérez

El pleno inaugura una fase decisiva para resolver la crisis municipal del Ayuntamiento de Granada

El alcalde Luis Salvador se compromete públicamente a hallar una solución al bloqueo en diez días, mientras el encuentro entre PSOE y PP se pospone a la próxima semana

Viernes, 25 de junio 2021

La suspensión del pleno abre una fase decisiva para resolver la crisis municipal que afecta a la corporación granadina desde el pasado 8 de junio. La marcha de PSOE, PP, Vox y los no adscritos evidencia que, contra lo expuesto por el alcalde, la «normalidad» ... no es posible y toca sentarse para buscar soluciones inmediatas a un problema que amenaza con lastrar la recuperación de la ciudad.

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Aguantar hasta la próxima sesión es inviable. El propio Luis Salvador lo reconoció ayer. Es cierto que logró sortear la papeleta en las comisiones y la junta de portavoces, pero esa vía no tiene mayor recorrido después de lo sucedido en el pleno. No se trata solo de la fotografía de los ediles remarcando su soledad al marcharse. El peor retrato fue el del rechazo de todos los grupos a su continuidad. Dimisión fue la palabra más repetida por los corporativos y al alcalde, que vio como se conchababan a izquierda y derecha del arco político para señalarle, no le quedó más que escuchar.

Durante la sesión, admitió que diez días es el plazo que maneja ahora para hallar una fórmula que permita a Granada tener «gobernabilidad y estabilidad». El regidor remarcó durante el pleno que no será «impedimento» para conseguirlo y avanzó que dará los pasos necesarios «con la mayor agilidad».

Son tres los escenarios que restan después de que el jueves el portavoz de los populares rechazara por enésima vez regresar a un gobierno liderado por Salvador. Él mismo es consciente. Los dos más claros pasan inevitablemente por su marcha. O reedita el bipartito con un alcalde popular o llega a un acuerdo con los socialistas, que están dispuestos a todo por «salvar» a la ciudad menos a aceptarle como regidor.

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El desliz del micrófono expuso una posible reunión con el PSOE que ninguno quiso confirmar. El primer edil eludió referirse al asunto asegurando que no va a comentar los pasos que dé, pero la realidad es que pospuso otros compromisos que tenía previstos. Por la otra parte, fuentes socialistas aseguraron a este periódico que desconocían el encuentro al que se refirió Salvador antes de dar por cerrado el pleno. «Si lo hubiese sería en instancias superiores a las municipales y, no obstante, la solución solo pasa por su dimisión», apuntaron.

Al regidor le queda una alternativa que no necesariamente significaría perder el bastón de mando. Introducir a alguno de los concejales de Unidas Podemos en la junta de gobierno local para desencallarla.

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No es una fórmula fácil. Cambril ya advirtió de que «difícilmente» sería posible el acuerdo sin que implicase su marcha. Está también la cuestión del pacto de ciudad. Los morados exigen sí o sí que se lleven a cabo las iniciativas pactadas hace unos meses, lo que requeriría de cambios presupuestarios. Convencer a la asamblea de 'Granada se encuentra', de cuyo dictamen depende el grupo municipal, sería el tercer obstáculo.

Salvador, experto en estas lides, abonó el terreno al dedicar efusivas alabanzas a los miembros de la confluencia y, en especial, a su portavoz, por permanecer en la sesión y denunciar la «irresponsabilidad» del resto de fuerzas.

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Moción de censura

Queda la opción de la moción de censura, a la que el PSOE se agarra para rescatar a la ciudad del bloqueo. Las llamadas al PP para que aporte sus firmas van a más. Se evidenció en el pleno. El socialista José María Corpas invitó a los ediles a verse en la tarde de ayer y pidió «altura de miras» para diagnosticar el problema y trabajar por la solución. «Tenemos que vernos necesariamente», insistió.

La petición fue rechazada, sin embargo, por el portavoz popular. El grupo no quiere que se le imponga una hoja de ruta y prefiere que todo sea de mutuo acuerdo. Así se logró la primera cita, suspendida a última hora por problemas «estrictamente personales» del negociador socialista, como contó IDEAL el pasado miércoles. Cancelada esa y la de ayer, parecía que el lunes sería el día indicado. Fuentes populares, sin embargo, confirmaron a este periódico que la fecha fue descartada por el PSOE.

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Con todo, la posibilidad de un gobierno de concentración empieza a ser valorada por todos. Cuenta con algo único a favor. Es la salida que permitiría, al mismo tiempo, acabar con Salvador e inutilizar la bomba activada por Sebastián Pérez en el hotel Meliá.

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