Cuarto premio en el Albaicín: «Al menos solucionará algún problema en el barrio»

«Nos hemos enterado por los medios de comunicación, que nos han llamado por teléfono, justo antes de casi salga el número», cuenta Bernabé con muy buen humor y cierto cachondeíllo. «Estábamos trabajando y a partir de las doce del mediodía el teléfono de la Lotería y lso nuestros particualres no han dejado de sonar», confesaba muy alegre.

«Son en total 15 series y un décimo que vendí por la máquina, unos tres millones de euros». Cree Bernabé que tiene que estar muy repartido, porque «lo ha llevado un bar del Paseo de los Tristes, el bar Ras, y el resto se ha vendido en ventanilla», recuerda Bernabé.

El ambiente se ha caldeado justo un poquito. Pero el Albaicín tampoco vive estos meses sus mejores momentos. «Hoy el Albaicín está triste, aunque hay ambiente por el mercadillo». Por eso las vecinas que se acercaban al calor de la noticia coincidían en su valoración de la suerte de la Lotería. «A ver si ahora se anima un poco el barrio».

Según corre la noticia como la pólvora por el barrio del Albaicín, se acercan los vecinos. «Qué buena noticia para el barrio. Esto al menos solucionará algún problema», cuenta una que se ha acercado a curiosear.

Bernabé y Mari Carmen nunca han repartido grandes premios en la Lotería. Así que hoy están de enhorabuena. «La verdad es que nunca habíamos dado muchos premios. Este es el más importante». Por eso están muy pero que muy contentos.

Bernabé también reconoce que para esta campaña navideña en el Albaicín se ha vendido poca lotería. «No he vendido ná para el día de hoy. He devuelto más de la mitad de lo que pedí. No se ha vendío nada de nada este año. Y sin embargo, fíjate, ha tocado».

De esquina a esquina de Plaza Larga se suceden los aplausos y los gritos. Del Covirán sale una botella de cava. Brindan todos. «Ya era hora, ya era hora». «Felicidades», se oye en el mercadillo. «Para el que le haya tocado», le responde otro muy guasón.

Viene un muchcacho a comprobar si le ha tocado el premio. «Lo compré antesdeayer y creo que me ha tocado». Fallo garrafal. Jarro de agua fría. «No me llevé el que ha tocado. Una calamidad» Y se desespera apoyado en el quicio de la puerta de la lotería de Plaza Larga. Puerta con puerta, otro muchacho se lamenta. «Toda la vida en Plaza Larga, toca y no llevo nada», admite contrariado.

La botella de cava va llegando al final. «Está calentito pero entra de maravilla», dice la dueña de la administración de Lotería de Plaza Larga. Brinda por última vez antes de que se acabe la botella: «Más que nunca, este año, brindemos por la salud. Es el año de la mejor salud para todos». Bonicos que son en el Albaicín.