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Patricia V. Moreno
Domingo, 14 de abril 2024, 00:04
Vivir mejor o morir. A esa conclusión llegó Massene cuando decidió abandonar su país natal para buscar un nuevo futuro en Granada. Con apenas 17 años, se marchó de Senegal y se embarcó en la que, sin duda, iba a ser una de las aventuras ... más difíciles de su vida. Tras cinco días en el mar, llegó a España en patera con el objetivo de mejorar sus estudios y encontrar trabajo.
Massene Séne nació el 25 de septiembre de 1996 en Grand Yoff, una comuna del distrito de la ciudad de Dakar en Senegal. Su padre falleció cuando era muy pequeño y tuvo que comenzar a trabajar para sacar adelante a su familia. Por las mañanas iba al colegio, mientras que por las tardes estudiaba corte y confección. Su hermano Mamadou tenía máquinas de coser en casa y, rápidamente, empezó a ejercer.
«Quería venir a España porque quería ampliar mis estudios de corte y confección», confiesa Massene. Sin embargo, al llegar a la capital nazarí se encontró con la dificultad de no poder encontrar un trabajo estable al no tener papeles. Por este motivo, apostó por matricularse en un curso de cocina y empezar a trabajar en restaurantes de cocina profesional, una ocupación que ha desarrollado hasta la actualidad.
«Tener papeles me cambió la vida. A partir de ese momento empecé a pagar mis impuestos como cualquier ciudadano y a poder cotizar», señala. Para que una persona inmigrante pueda conseguir papeles en España, esta debe de estar empronada en la ciudad; haber residido un tiempo mínimo necesario en el país y acreditarlo mediante pruebas, y no tener antecedentes penales, entre otras.
«Regular a los inmigrantes beneficia al conjunto de la sociedad. Con los documentos necesarios, puedes aportar tu talento y contribuir a la riqueza del país», manifiesta, en relación a la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que se aprobó el pasado martes en el Congreso y que tiene como finalidad legalizar a alrededor de 500 mil extranjeros que residen en España. «Solo tengo palabras de agradecimiento porque esto significa que la sociedad es consciente de lo que supone emigrar a otro país», enfatiza.
Aunque su nivel del idioma es alto, Massene asiste a clase de español en las clases del proyecto «El Faro» de la Fundación Itaka-Escolapios. De lunes a jueves, en horario de 17.00 a 19.30 horas, se imparten enseñanzas desde el nivel A1 al C2 en las instalaciones del colegio Dulce Nombre de María, de los Padres Escolapios. Actualmente, Massene acude al nivel A2 y, muy pronto, va presentarte a los examenes para obtener la nacionalidad.
Chema Pozo es el coordinador de este proyecto. Se trata de un programa de alfabetización para adultos inmigrantes totalmente gratutito, que tiene como objetivo facilitar la inserción social y laboral de los asistentes. La Fundación Itaka-Escolapios ha sido una de las asociaciones que han participado en la recogida de firmas para la aprobación de la ILP. «Es una suerte pertenecer a una fundación que se mueve por conseguir estos derechos. Valoras la importancia de implicarte en causas que parecen perdidas«, concluye Pozo.
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