Pugna abierta por la delantera del Granada tras los primeros quince duelos

Granada CF

Esta vez Vico no resucita

José Ignacio Cejudo

Machís lo intenta de todas las formas pero solo logra dar un pase de gol

Antonio Navarro

Quini ya trabaja con el grupo y ve más cerca el final de su baja

Fran Rodríguez

Secuelas

Las cifras no refrendan la titularidad de ninguno de los tres arietes por encima de los otros, lo que dificulta la elección a Diego Martínez. Lidera en este aspecto Jorge Molina, que ha visto puerta en tres ocasiones durante los trece partidos que ha disputado, siete de ellos desde el inicio. Le sigue Soldado, que en tres días marcó los dos goles que ha podido celebrar hasta ahora, hace ya más de dos meses. El 'nueve', ausente en las últimas semanas por su confinamiento, ha jugado nueve encuentros, siete como titular en punta, tres alineaciones más de las que suma Luis Suárez. El colombiano, que llegó al equipo bien entrada la temporada, sólo ha anotado un tanto durante los nueve duelos en los que ha competido.

En esta faceta aún sobresalen Yangel Herrera y Darwin Machís, una situación similar a la del curso pasado. Puertas y Vadillo mejoraban las cifras de Carlos Fernández –llevaba dos tantos–, Soldado –sólo había marcado un gol– y Adrián Ramos tras los quince primeros encuentros. Al igual que entonces, en esta campaña la ausencia de gol de los puntas en el inicio del ejercicio no supone una merma en el acierto del conjunto rojiblanco, que, incluso, suma tres muescas más en su casillero particular.

Sí hay diferencia en cuanto a la distribución de tiempo de juego de los atacantes, más equitativa en esta campaña. Hasta la llegada de Luis Suárez, Soldado y Jorge Molina, arietes de características similares aunque menos móvil el alcoyano, se racionaron los minutos casi de forma simétrica, cómodos como referencias solitarias sobre el césped. La incorporación del colombiano ofreció a Diego Martínez un perfil distinto, que aprovecha más el espacio y busca la carrera, pero deslucido sin un acompañante en duelos cerrados, con pocas oportunidades para correr.

Los tres combinan bien, aportan en facetas no cuantitativas y permiten a su entrenador gestionar las cargas en un calendario asfixiante. La puerta de la titularidad seguirá girando hasta que alguno decante la pugna. Los pistoleros, todavía con poca puntería, se citan en cada entreno para continuar con su particular duelo. Competencia interna que sólo beneficia al equipo.