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Miércoles, 11 de noviembre 2020, 11:50
En los últimos meses todo el mundo habla del coronavirus como el principal desafío al que se ha enfrentado la humanidad entera en los últimos tiempos. Como es un problema global, cabe preguntarse cómo atajarlo y son muchos los países que están tomando diferentes medidas para prevenir más contagios de coronavirus. Sin embargo, la efectividad de los planes llevados a cabo no es igual en todos los rincones y China, el país desde el que se cree que partió el primer caso de Covid-19, es un ejemplo de cómo parar al virus.
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El gigante asiático lleva a cabo estrictas medidas sanitarias que contrastan con lo que ocurre en otros lugares del mundo como España. Así lo ha demostrado el caso de un usuario de Twitter apodado 'Nyscalo' que ha contado, desde su propia experiencia, cómo es viajar a China desde España y qué restricciones y medidas se toman en una de las potencias del mundo. De su relato, llama la atención sobre todo el intervencionismo del Estado en todas las cuestiones, que llegan incluso a controlar cómo defecan los ciudadanos.
Se trata de hoteles especialmente acondicionados donde al llegar te dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que disuelvas en las heces antes de tirar de la cadena. El mío era decente, pero solo eso. La comida pasable, aunque a lo largo de los días se hacía cuesta arriba. pic.twitter.com/t3nAu69Zqa
Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Este ciudadano español, que reside actualmente en China, también cuenta cómo son las diferencias entre los aeropuertos del gigante asiático y los de nuestro país. Mientras en los aeródromos chinos el control de los pasajeros es absoluto, hasta el punto de que todo el personal ha de ir vestido con equipos de protección individual, en España solo le solicitan un formulario para poder viajar.
Al poner un pie en el aeropuerto, te das cuenta de que has aterrizado en otro planeta. Absolutamente todo el personal del aeropuerto viste con traje protector, capucha y escudo facial incluidos. pic.twitter.com/RLi6vMYX8G
Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
Las diferencias son tan sustanciales que, según este tuitero, cuando el turista o viajero llega a China, el Gobierno obliga al ciudadano a tener que guardar cuarentena en un hotel que es preasignado. En él, los trabajadores del mismo controlan el estado de salud de la persona para saber si puede estar contagiada o no. El relato, que se desarrolla a través de un hilo completo, añade que el uso de la tecnología también es un arma para controlar el coronavirus. Llegan incluso a instalar cámaras de seguridad y sensores en las puertas para saber si alguien se salta la cuarentena obligatoria.
Como resido en Shanghái, me han dejado pasar la segunda semana de cuarentena en casa. El día antes del traslado en furgoneta, mi mujer me llamó para decirme que acababan de instalar un sensor en la puerta y una cámara de seguridad. Comenzaba a sentirme como Al Capone. pic.twitter.com/lLwaOL5c3F
Nyscalo (@Nyscalo) November 9, 2020
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