Este hombre tiene una solución a la crisis medioambiental Micólogo Paul Stamets: «Las setas salvarán el planeta»
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Donde tú ves una seta, Paul Stamets ve un universo. Este prestigioso micólogo asegura que los hongos pueden limpiar desde los vertidos de petróleo hasta las fugas nucleares. Afi rma también que son efi caces pesticidas no tóxicos y que tienen propiedades medicinales aún no exploradas. A muchos les parece un excéntrico, pero Bill Gates y Jeff Bezos ya apuestan por él.
Miércoles, 21 de Diciembre 2022, 15:32h
Tiempo de lectura: 7 min
Niño tímido y tartamudo, Paul Stamets siempre tuvo un sueño: convertirse en científico. «Vivíamos en una gran casa, con un laboratorio en el sótano. Yo no paraba de hacer experimentos», recuerda. Stamets nació en 1955 en Salem (Ohio, Estados Unidos) y era uno de cuatro hermanos varones de una familia de clase media. Su padre, ingeniero, supervisaba proyectos de construcción para el Ejército. Cuando Paul tenía 12 años, el negocio de su padre entró en quiebra y la familia se separó. Comenzaron entonces las dificultades económicas y afectivas. Con todo, Stamets fue a la universidad en Ohio, pero prefería pasar las horas vagando por los bosques próximos al campus antes que ir a clase. En uno de esos paseos probó un día los hongos psicodélicos de la psilocibina. Además de tener una experiencia alucinógena inevitable, ocurrió otra cosa: dejó de tartamudear. Para siempre. Stamets, impresionado por semejante efecto colateral, se dedicó al estudio del hongo al que atribuía el cambio y decidió que quería convertirse en micólogo.
Un negocio en alza que interesa en Silicon Valley
Hoy, Staments es uno de los mayores expertos del mundo en esta materia. No está, sin embargo, vinculado a ninguna universidad o institución al uso y financia casi todas sus investigaciones con el dinero generado por su propia compañía, Fungi Perfecti cuyo negocio consiste en comercializar setas para gourmets o para uso terapéutico. Dirige así su propio centro de investigación y ha publicado varios libros sobre los hongos, entre ellos Mycelium running: how mushrooms can help save the world ('Mycelium running: cómo los hongos pueden ayudar a salvar el mundo'), que dice mucho sobre su alta estima por la micología... En su opinión, los hongos productores de setas pueden alterar radicalmente el paisaje de la medicina, la industria forestal, los pesticidas y el control de la contaminación.
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Stamets lleva un cuarto de siglo predicando la buena nueva a todos los que quieran escucharlo. Y cada vez le escuchan más. Es verdad que ha sido tachado de excéntrico muchas veces, pero sus datos son cada vez más convincentes.
Sus ideas despiertan cada vez mayor interés entre los científicos convencionales, los especialistas en el medioambiente, los funcionarios del Gobierno e incluso los inversores de Silicon Valley.
La charla que Stamets pronunció en 2008 durante la TED Conference –el lugar de peregrinación anual para los magnates de la tecnología y los pensadores de vanguardia– ha recibido más de un millón y medio de visitas desde que fuera colgada en la Red. Y también originó que Bill Gates, Jeff Bezos (el consejero delegado de Amazon) y los muchachos que están al frente de Google lo invitasen a debatir con ellos sus ideas.
«Nuestros cuerpos y nuestros entornos son unos hábitats con sistemas inmunológicos», escribe en Mycelium running, y los hongos «son el puente que comunica los unos con los otros». Stamets describe el micelio –el entramado de tejidos fibrosos del que surgen los hongos– como «la red neurológica de la naturaleza», cuyo objetivo es «garantizar a largo plazo la buena salud del entorno en el que se desarrolla».
Pese a lo poético de su expresión, la idea de Stamets de los hongos constituyendo un puente que une los sistemas inmunológicos de los seres humanos y del entorno tiene una sólida base biológica. En el árbol de la evolución, los reinos animales y fúngicos brotaron de la misma rama y se separaron el uno del otro mucho después de que las plantas divergieran.
Los hongos no son vegetales. Se separaron del reino animal mucho después que las plantas y comparten con nosotros rasgos fundamentales
Se calcula que hay un millón y medio de especies de hongos, incluidos levaduras y mohos junto con los macrohongos productores de setas. Todos estos organismos comparten con los animales determinados rasgos fundamentales: inhalan oxígeno y exhalan dióxido de carbono, lo mismo que nosotros, y son susceptibles a muchos de los mismos gérmenes. Al igual que nosotros, consiguen la energía mediante el consumo de otras formas de vida y no a través de la fotosíntesis. Pero el cuerpo de un hongo es muy distinto al de un animal. Los micelios absorben aquellos nutrientes presentes en los alrededores y pueden modificar con rapidez sus patrones de crecimiento y otros comportamientos en respuesta al entorno. «Porque disponen de inteligencia celular», explica Stamets.
¿El poder de los hongos se puede expandir por la galaxia?
Cuando colonizaron el planeta hace mil millones de años, y con el objetivo de defenderse de los patógenos, los hongos desarrollaron un arsenal de compuestos antibacterianos y antivíricos… Un recurso que el ser humano tradicionalmente ha explotado en forma de infusiones de setas y otros preparados alimenticios. Alexander Fleming lo explotó de forma más moderna en 1929, al aislar la penicilina del moho Penicillium rubens. El ser humano lleva milenios utilizando los microhongos (mohos y levaduras) para la producción de alimentos y bebidas como el queso, el pan, la cerveza y el vino.
Stamets cree que los hongos serán útiles incluso para fertilizar nuevos planetas y contribuir así a hacerlos habitables
Pero Stamets considera que la cultura occidental ha ignorado los poderes de los macrohongos en lo fundamental, una actitud que describe como «micofobia» o «racismo biológico». Y eso que sus usos son tan diversos que Stamets se atreve incluso a hacer sugerencias espaciales... No es broma. El micólogo cree que, por su utilidad para crear suelos fértiles y por la tolerancia que muchas especies tienen a la radiación, los hongos podrían ser cultivados por viajeros interestelares y empleados para terriformizar otros mundos.
Es decir, podríamos sembrar una mezcla de esporas de hongos y otras semillas para crear una huella ecológica en un nuevo planeta y, de esa manera, hacer 'habitable' la galaxia.
LO QUE HACEN LOS HONGOS
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Fármacos y terapias
∇ Los hongos –cree Stamets– podrían generar nuevos antibióticos, compuestos antivíricos y reforzadores del sistema inmunológico… Incluso desarrollar nuevas quimioterapias. En las imágenes, Statmets, en el laboratorio, examinando una muestra. A la derecha, arriba: hongo de melena de león, que podría paliar el alzhéimer; abajo, el Hongo de cola de Turquía: podría tener propiedades anticancerígenas.
• No son medicinas
Los fabricantes de nutracéuticos, como Stamets, no están autorizados a publicitar que sus productos son efectivos contra ninguna enfermedad. No son medicamentos. Pero los hongos contienen numerosos químicos efectivos contra ciertas dolencias, entre ellos polisacáridos, glicoproteínas, ergosteroles y triterpenoides, así como compuestos antimicrobianos y antivíricos, en diferente proporción según la especie y la cepa concretas.
• Contra las armas biológicas
Stamets está haciendo lo posible por incrementar el listado; en la última década ha emprendido o asesorado una docena de pruebas clínicas o de laboratorio destinadas a encontrar nuevos medicamentos procedentes de los hongos. Después de los atentados de las Torres Gemelas, por ejemplo, envió centenares de muestras al programa federal Bioshield, cuya misión es la de desarrollar defensas contra las armas biológicas.
• Contra la gripe aviar
Varias de las cepas por él patentadas del agárico (Fomitopsis officinalis) se han revelado muy combativas contra la gripe porcina del tipo H1N1 y la gripe aviar H5N1, así como contra diversos virus de la familia de la viruela.
Limpieza medioambiental
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∇ Los hongos ya han demostrado ser útiles para eliminar elementos petroquímicos. También pueden absorber la radiación de aguas y suelos contaminados. En la imagen de arriba: un hongo en el proceso de absorción de petróleo de un vertido en el mar.
• Primero en casa
Stamets obtuvo su primer éxito usando setas para limpiar un terreno propio. Plantando champiñones redujo el impacto de bacterias fecales que se habían fi ltrado de una instalación séptica.
• Terrenos contaminados
Los técnicos de una empresa de Seattle especializada en soluciones medioambientales se enteraron del éxito que Stamets había tenido en su propiedad y le pidieron utilizar hongos para limpiar unos terrenos empapados de petróleo. Funcionó. Aunque no se ha usado a gran escala, ya hay varios proyectos similares en marcha en varios países.
• Una red antivertidos
Más tarde, Stamets inventó el mycoboom, un tubo de arpillera lleno de setas de ostra diseñado con el propósito de consumir el petróleo al flotar sobre un derrame en el mar.
• Regenerar Fukushima
Pero quizá su propuesta más llamativa ha sido la que ha pensado para regenerar el paisaje devastado de Fukushima. Poco después de la fuga radiactiva provocada por el tsunami de 2011, Stamets colgó en Internet un manifi esto titulado Hacia la recuperación del bosque nuclear, basado en una característica poco conocida de los hongos: muchas especies tienen la capacidad de absorber y eliminar los metales pesados –entre ellos, los isótopos radiactivos– de un suelo contaminado. Ya se han hecho ensayos.
Pesticidas naturales
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∇ Los pesticidas fúngicos pueden eliminar plagas y especies problemáticas sin generar toxicidad. En la imagen de arriba: almacén de Fungi Perfecti e insectos eliminados con hongos.
• Mis hormigas
Hace unos años, para acabar con una plaga de hormigas en su casa, Stamets trató de dar con un pesticida de origen fúngico. Tras muchos experimentos cultivó un micelio, un hongo mortal con los insectos, de desarrollo retardado en granos de arroz. El hongo no debía producir esporas hasta que las hormigas lo hubieran transportado al nido, ya que si ellas lo oliesen antes lo rechazarían. Lo logró. Dos semanas después, en la vivienda ya no había hormigas y desde entonces no han vuelto a aparecer. Así comenzó su investigación.
• Pesticidas naturales
Varios experimentos adicionales han dejado claro que otras cepas de M. anisopliae y otro moho, el Beauvaria bassiana, pueden ser modifi cados para atraer y exterminar a una amplia gama de insectos molestos. En 2003, Stamets patentó su método, cuya licencia de explotación vendió a una empresa interesada en comercializarlo.
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