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La Alta Velocidad ya es una realidad para Granada. El viaje inaugural llegó cargado de autoridades a la estación de Andaluces después de 3 horas y 21 minutos de viaje desde la estación de Atocha, en Madrid. Eran las 12.38 del mediodía cuando ... paraba frente a la nueva terminal de pasajeros. Ese tren también traía una buena dosis de ilusión y de luz para enterrar los años oscuros de aislamiento ferroviario. Granada entra en la red de ciudades AVE, se conecta con las principales capitales del país y al mismo tiempo se quita complejos. El viaje discurrió sin incidencias y dejó claro que la línea es ya una realidad. Pero Granada se queda con ganas de más. De mejorar cuanto antes las infraestructuras con la construcción de la Variante de Loja –para mejorar los tiempos de viaje– y de contar con más frecuencias para ir a Madrid y Barcelona, o a las vecinas Málaga y Sevilla. Y de que se materializan esas nuevas oportunidades en las que insistieron tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, o el presidente autonómico Juan Manuel Moreno Bonilla. Sánchez apuntó a un futuro brillante en el que Granada ganará empleo, turistas y oportunidades. Y se conectará con el mundo.
El martes 25 de junio pasará a la historia como el que vio llegar el primer AVE con viajeros. Pero aquí no acaba el proyecto, debe ser el inicio de una mejora que ya ha arrancado. La presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, explicó a este periódico que con la licitación del primer tramo se evita la caducidad de la declaración de impacto ambiental –un largo trámite– de la Variante de Loja.
También desde Fomento se recordó que está adjudicado un nuevo estudio informativo para el soterramiento de las vías en la Chana. Estas mejoras permitirán mejorar los tiempos de viaje en un futuro. De momento, Granada queda a tres horas y 5 minutos de Madrid –en el más rápido de los viajes– y a seis horas y 25 minutos de Barcelona.
La jornada arrancó en una estación de Atocha ajena a la importancia que el tren del andén 12 tenía para Granada. Sólo el revuelo de periodistas –viajaron más de noventa acreditados– daba idea de que era una jornada histórica. Apostados junto al vagón de cola, los fotógrafos esperaban al presidente del Gobierno, que llegaba a las 09.13 de la mañana. Mientras subían periodistas y autoridades, el tren empezaba la marcha a las 09.17 horas de la mañana.
El viaje inaugural circularía a partir de ese momento con las velocidades reales que podrán hacer todos los maquinistas en las cuatro conexiones por sentido de Alta Velocidad. Y en el trayecto completo, que incluyó parada en la estación de Antequera Santa Ana, se incluyeron desde los 300 kilómetros por hora a circular por debajo de 40 al cruzar el municipio de Loja.
El tren del modelo 11328, con capacidad para 365 viajeros, no llevaba pasajeros comerciales pero casi no quedaban plazas libres. Además del presidente del Gobierno y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, les acompañaban los secretarios de Estado de Infraestucturas y de Relaciones con las Cortes, además de los presidentes de Renfe y Adif. Representantes de las dos empresas públicas, periodistas, representantes públicos de la provincia componían el pasaje que pudo comprobar, antes que el resto de los ciudadanos, cómo se viaja en Alta Velocidad hasta Granada.
En la salida de Madrid, mientras el tren cruza Castilla-La Mancha, la velocidad roza los 300 kilómetros por hora. El ligero traqueteo de la máquina hace que uno se acostumbre pronto a ir tan rápido. La velocidad media oscila hasta los 240 kilómetros por hora. Y vuelve a los 300 poco antes de llegar a Antequera.
Al filo de las 11.30 de la mañana se detiene el tren en la estación de Antequera Santa-Ana. Prensa y autoridades bajan para llevar a cabo un sencillo acto simbólico. En este punto es en el que se inicia el viaje realmente de estreno, ya que es la línea entre Antequera y Granada la que permite que la provincia entre en este selecto club de la Alta Velocidad. Son 125 kilómetros desde el nudo de Bobadilla hasta la estación de Andaluces.
En la luminosa estación de Santa Ana, Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta y otros miembros de su gobierno, junto al alcalde antequerano recibieron a la comitiva del viaje inaugural. Esperaban allí también otros representantes públicos de la provincia granadina, que pudieron presenciar cómo Pedro Sánchez descubría una placa conmemorativa. Quedaba inaugurado el tramo hasta Granada tras veinte años en los que se acumularon retrasos, parones y fue creciendo la sensación de agravio en la provincia. En apenas veinte minutos estaba todo el mundo de vuelta en el tren y se reanudaba la marcha para inaugurar esa línea que tantos quebraderos de cabeza dio a los granadinos, y también a Adif. Ya en el vagón, lo explicaba la presidenta de ADIF. «Hoy estamos de celebración, Granada era una carga tremenda, porque teníamos un compromiso fuerte con los ciudadanos y ha sido un proyecto muy complejo», apuntaba Isabel Pardo de Vera, que enumeraba la tecnología puntera con la que se estrena la línea, que tiene las más altas garantías y a la que se pueden sumar más frecuencias.
A partir de Antequera, las sensaciones del viaje iban a ser diferentes a las dos horas y media anteriores. La línea cuenta con 31 viaductos y 7 túneles, entre los que destaca el de Quejigares, de 3,3 kilómetros, el más largo de todos los que se cruza. Además, al ir a una velocidad que no supera los 65 kilómetros por hora, se hace más largo. En el trayecto hay 30 kilómetros con doble vía y 92 montados en vía simple.
El tren viaja mucho más despacio cuando cruza Loja. Da tiempo incluso a ver a algunos vecinos asomados a las vallas que separan el casco urbano de las vías del tren. También hay tiempo para ver la nueva estación de Loja. En la pantalla informativa que hay dentro de los vagones, se llega a los 37 kilómetros por hora en un momento concreto. Lo que casi no se percibe es el paso por el polémico túnel de San Francisco, que es apenas un un par de segundos de oscuridad.
Esos 27 kilómetros suponen un aumento claro del tiempo de viaje. Una vez superado el municipio lojeño, el tren vuelve a subir de velocidad y ronda de los 180 kilómetros por hora. Es un tramo corto hasta la capital y no da tiempo a acelerar más. El viaje entre Loja y Granada dura un suspiro y al cruzar por la Chana la megafonía lanza el primero de muchos mensajes venideros: «Próxima estación, Granada. Fin del trayecto». En Andaluces esperan ya otro sinfín de autoridades.
El alcalde, Luis Salvador, la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, y el presidente de la Diputación Provincial, esperan en el andén para recibir al presidente. Los tres saludan le pero hay un llamativo abrazo entre Pedro Sánchez y José Entrena.
Cientos de personas se agolpan ya en la nueva terminal de viajeros en la que no cabe un alfiler. Un auténtico rompecabezas del servicio de protocolo permite sentar a todas las autoridades, a la prensa y al resto de asistentes al acto inaugural. Se descubre otra placa conmemorativa e intervienen el alcalde de Granada, Luis Salvador, el ministro de Fomento, el presidente de la Junta y el presidente. En todas las intervenciones se destaca la nueva etapa en la que Granada se adentra en una vía directa al futuro.
La ciudad y la provincia ya tienen AVE. Pero esto debe ser sólo el principio. Ya hay nuevas rutas anunciadas para septiembre y las mejoras se han iniciado ya. Granada estrena la Alta Velocidad con ganas de más.
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