El triste adiós de Madre Tierra en Granada: «El pequeño comercio es el gran perjudicado por la pandemia»

Diego y Elena son argentinos pero llegaron a Granada en 1991 y desde entonces se consideran unos granadinos más. Tras recorrer diferentes rincones del planeta decidieron establecerse en la ciudad de la Alhambra y años más tarde, en el 97, harían realidad su gran proyecto: Madre Tierra. «Nos gustó mucho todo el clima que había en el comercio granadino, que era diverso y dinámico, de cercanía, por eso decidimos emprender aquí», cuentan los propietarios de la tienda, que 24 años después se ven obligados a cerrar por causas que escapan a su control.

«Lo cierto es que la pandemia llegó para romper todos nuestros planes y puso de manifiesto todos los problemas que ya había en el pequeño comercio», explica Diego a IDEAL, que esgrime como argumento que las grandes superficies comerciales y plataformas como Amazon ya les tenían contra las cuerdas. Se han sentido «bastante solos» ante la falta de ayudas por parte de las instituciones: «los autónomos nos hemos quedado en tierra de nadie, ha faltado sensibilidad y cercanía, predisposición para escuchar nuestros problemas».

Sobre cómo les afecto la llegada de la pandemia, Diego reconoce que todo ha sido «muy complicado». «Entendemos que hay que adaptarse a las restricciones pero las medidas debían haber sido más claras. Llegó un momento en el que los clientes no sabían si estábamos abiertos ni cuál era nuestro horario», asegura. Entre tanta dificultad, no les quedó otra que tomar la triste decisión de decir adiós al trabajo de toda una vida: «es un momento difícil porque tenemos que dejar atrás muchos años de esfuerzo, la gente nos ha hecho sentir muy arropados mostrándonos su cariño pero es bastante doloroso», cuenta Elena. Y es que no solo dicen adiós a su gran proyecto, también se despiden de trabajadores que les han acompañado durante muchos años y que ahora se quedarán sin trabajo.

Ambos propietarios han echado en falta «ayudas directas y ágiles», proporcionales a lo que ellos consideran que han aportado a la sociedad. «Llevamos 24 años aportando y ahora nos encontramos con que toda la ayuda que hemos recibido han sido 1.500 euros mientras pagábamos exactamente lo mismo de luz y agua», asegura Diego. Tuvieron la posibilidad de solicitar un préstamo ICO, como muchos otros negocios, pero ellos tenían claro que para lo único que serviría sería «para alargar la situación». «Nos marchamos sin deudas, con la tienda saneada y al día. No queríamos hipotecar nuestro futuro y por lo menos hemos podido cerrar bien», cuentan.

«Aunque todo esto sea negativo y se haya llevado nuestros ahorros, ha sido maravilloso ver como la gente nos ha dado todo su cariño», reconoce emocionada Elena. Sobre el futuro del pequeño comercio en Granada, tienen claro que su caso no será el único y que habrá más cierres. «Creo que viene una crisis muy profunda en Granada, al final el pequeño comercio quedará en algo anecdótico porque entre unas cosas y otras no es posible competir en igualdad», concluye Diego, que recuerda que la página web de Madre Tierra continuará en funcionamiento por si sus clientes quieren saber de él y Elena en el futuro.