Alberto Flores
Granada
Miércoles, 14 de julio 2021, 11:55
La crisis del coronavirus ha afectado a todo el mundo. Sin embargo, no lo ha hecho de la misma forma y hay ciertos sectores que han vivido más dificultades que otros. Los focos durante todo este tiempo se han centrado, sobre todo, en los negocios ... de hostelería. Pero los efectos no solo los han sufrido los locales de gastronomía, han ido mucho más allá y cada vez son más los pequeños comercios del centro de Granada a los que no les ha quedado más alternativa que bajar la persiana para siempre.
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Otros negocios que cierran
El último en hacerlo es Material Revolution, una tienda de regalos con un carácter diferente y muy cercano, que el próximo mes de septiembre cumpliría su octavo aniversario en la céntrica calle Moral de la Magdalena. Sin embargo, pese a llevar desde 2013 en Granada, sus propietarios han decidido que era el momento de seguir luchando por el que fue su gran sueño. Así lo hicieron saber a través de sus redes sociales, con un mensaje en el que anunciaban su cierre y pedían a sus clientes ayuda con la liquidación para poder seguir con nuevos proyectos. Un mensaje que generó una gran repercusión y múltiples muestras de complicidad y cariño. «La verdad es que son ocho años en los que tus clientes se convierten en algo más. Me siento muy abrumada porque nos están echando una mano y me han dejado las estanterías vacías en solo unos días», cuenta a IDEAL Nieves Pérez, propietaria de Material Revolution junto a su pareja Miguel Ángel Salguero.
Aunque la situación ya no era buena antes de la llegada del coronavirus, la pandemia supuso finalmente un golpe que no han podido soportar. «Cuando nos encerraron en marzo me dieron una ayuda por cese de actividad pero poco más. Miguel tuvo que dejar la tienda para trabajar fuera porque no nos daba para vivir», explica Nieves, que cuenta como cuando llegó el segundo confinamiento ya no tenía ningún tipo de ayuda mientras tenía que hacerse cargo de todos los gastos: alquiler, suministros, impuestos… Una montaña rusa de restricciones y también de ventas, con buenos resultados tras el primer confinamiento y también durante la Navidad. Sin embargo, a partir de febrero todo se paralizó: «la gente tenía miedo a salir, el centro de Granada se quedó muy vacío y eso nos afectó a un montón de negocios».
Nieves Pérez, propietaria de Material Revolution
Fue en ese momento cuando comenzaron a pensar realmente en un futuro sin Material Revolution, una situación que se ha prolongado hasta este mes de julio, momento en el que Nieves no estaba dispuesta a continuar: «llevábamos cinco meses de pérdidas, Miguel trabaja fuera de Granada y llevaba tres semanas aquí sola, ya no aguantaba más». Una situación que podría haber sido diferente si hubieran recibido más ayudas y que le ha hecho sentirse «totalmente abandonada». Lo único que recibió fue una ayuda de 600 euros durante dos meses, algo que, gracias a que su casero les ayudó, le sirvieron para seguir adelante. «Lo hemos intentado todo, la verdad. Hasta cambiamos nuestro epígrafe de negocio para poder seguir vendiendo como librería pero ha sido imposible».
Al final, su situación es la que han vivido durante los últimos meses muchos otros comercios del centro de Granada, que también se han visto obligados a frenar su actividad para siempre. «El pequeño comercio del centro se está muriendo y van a seguir cerrando negocios», lamenta Nieves, que cuenta que basta con darse un paseo por la capital para ver que cada vez hay menos pequeños comercios y más franquicias.
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Cada vez existen más centros comerciales y plataformas de venta online, algo que también les ha afectado. «Entiendo que la gente que compra en nuestra tienda es diferente a la que compra en Amazon pero si quieren que el centro tenga vida hay que apoyar a las pequeñas tiendas de la ciudad». De hecho, considera que falta concienciación en ese sentido porque de lo contrario «no estaríamos en la situación en la que estamos». «Hemos echado de menos que las administraciones apoyen la vida comercial del centro, creo que han dejado a la ciudad morir en ese sentido».
Toda esta situación llevó a Miguel Ángel y Nieves a poner su tienda en liquidación para, si todo sale como tienen previsto, cerrar definitivamente antes de agosto. Han recibido una gran cantidad de muestras de cariño desde que anunciaron que bajaban la persiana, algo que le hace sentir abrumada. «Aunque es bonito que la gente venga a verte es muy duro contar que no has conseguido lo que esperabas… Es una tristeza muy grande venir a la tienda y abrir cada día sabiendo que vas a cerrar. No me gusta ver el cartel de liquidación». Con la idea de volver a estar junto a su pareja y no sumar más pérdidas, Nieves todavía no tiene claro qué hará en el futuro: «mi idea era seguir con la tienda online pero ahora mismo no sé que haré. La verdad es que todo este proceso me ha dejado sin fuerzas».
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