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Las lavadoras, operativas a lo largo de todo el día. ALFREDO AGUILAR
Salir de casa para hacer la colada y lavar ropa

Salir de casa para hacer la colada y lavar ropa

Abierto por coronavirus ·

El servicio de lavandería es una de las actividades declaradas como esenciales durante la cuarentena

Jesús Lens

Granada

Martes, 14 de abril 2020, 01:32

Por una vez y sin que sirva de precedente rompemos la estética de esta serie y no sacamos el retrato de la persona que está currando y al pie del cañón durante el confinamiento. En este caso, el protagonismo es de las máquinas, quedando el factor humano en un segundo plano.

Nos encontramos en uno de los doce establecimientos de Colada perfecta, una franquicia granadina de lavanderías industriales de pequeño volumen. Abren sus puertas a las ocho de la mañana y permanecen operativas hasta las doce de la noche de forma ininterrumpida, tal y como nos cuenta Sergio, uno de los fundadores del proyecto. «Arrancamos en 2012 con una primera lavandería en La Chana. Buscábamos un negocio que nos permitiera no dedicarle demasiado tiempo, dado que los tres socios fundadores teníamos otros trabajos. Tenía que ser algo que no hubiera en Granada y que no se pudiera vender o replicar en internet. Que no fuera digitalizable. Viajamos por diversos lugares de España y barajamos las opciones del vending o las franquicias de tickets hasta que nos encontramos con una modalidad de lavandería que no existía en nuestra ciudad y cubría las necesidades de los vecinos de los barrios». A pesar de la amplitud de horarios y de que los servicios de lavandería han sido declarados como esenciales por el gobierno, Colada perfecta ha bajado mucho en su facturación. «Nuestros clientes más importantes son gimnasios y peluquerías, que vienen a lavar toallas. Y los dueños de los apartamentos turísticos. Todos esos negocios están ahora cerrados».

Esta modalidad de lavanderías podrían parecer más propias del cine que de la realidad cotidiana de Granada. Las vemos en las películas cuya acción transcurre en Nueva York o en Londres y Woody Allen sería capaz de escribir un soberbio guion que comenzara con una pareja que se cruza en la lavandería e intercambia por error su colada. «Al principio nos dijeron de todo. Que si estáis locos, que si os vais a estrellar... pero el modelo se ha mostrado exitoso. Los pisos son cada vez más pequeños y no hay tendederos o lavaderos como antes. Un servicio como el nuestro permite eliminar la lavadora y ganar ese espacio. La colada de una semana se hace en una hora y, mientras se lava la ropa se puede ir a hacer la compra, por ejemplo. Permite compatibilizar tareas y aprovechar el tiempo», señala Sergio, que nos confirma que en estos años solo han tenido un par de percances reseñables, lo que demuestra el respeto de la gente por su negocio.

A lo largo de estos años, Colada perfecta ha fidelizado a una nutrida base de clientes. Eso permite que en estos tiempos de confinamiento estén recogiendo la ropa a domicilio, lavándola y devolviéndola a clientes mayores que no pueden ni deben salir a la calle. «Nos gustaría que fuera un servicio público, pero carecemos de medios e infraestructura para ello», señala Sergio.

La crisis del coronavirus ha paralizado los proyectos de expansión de la franquicia. «Teníamos tres nuevas aperturas en cartera, pero ahora mismo se han quedado en stand by. Estamos todos quietos, viendo qué va a ocurrir en el futuro y cómo salimos de esta».

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