Excavacando una de las tumbas junto al mausoleo. IDEAL

El mausoleo romano que apareció en las entrañas del Camino de Ronda

Granada Arqueológica ·

Durante las obras del Metro afloraron más de cien enterramientos vinculados a la existencia de dos edificios

ángel rodríguez

Granada

Domingo, 1 de noviembre 2020, 01:22

Las obras del Metro en Granada nos han tenido muchos años enredados en la polémica sobre su demora y los perjuicios que causaban a los vecinos, especialmente a los del Camino de Ronda y el Zaidín. Hoy disfrutamos de un transporte público que ha cambiado ... nuestra ciudad, con tantas ventajas que ya se plantea su ampliación. Pero la construcción del Metro también fue una magnífica oportunidad para la cultura de Granada, no solo por la Estación del Alcázar Genil, sino por otra serie de yacimientos arqueológicos que han enriquecido la historia urbana. Lamentablemente son poco conocidos y poco el interés por divulgarlos, a pesar de que su excavación se hizo con recursos públicos.

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Pero hay uno que debe ser conocido por todos, dada su singularidad. En el Camino de Ronda, entre la intersección de las calles Recogidas y Virgen Blanca, al retirar los primeros rellenos de tierra que formaban la calle, aparecieron algunos fragmentos de cerámica romana, lo que nos obligó a tomar algunas precauciones. Tras realizar un sondeo y comprobar que, efectivamente, existían evidencias de una ocupación entre los siglos II y V d. C., ampliamos nuestro trabajo y pronto empezaron a parecer algunas sepulturas.

Excavación del mausoleo, que se instroduce por debajo del Camino de Ronda. IDEAL

Lo que empezó siendo una pequeña intervención nos llevó a introducirnos por debajo del Camino de Ronda, excavando en mina, donde aparecieron más de cien enterramientos, algunos múltiples, que no estaban solos sino vinculados a la existencia de dos edificios. Uno de ellos, el más importante, pero más reducido en dimensiones, era un mausoleo de planta cuadrada, construido con muros de cantos y mortero de cal, con una pequeña puerta de acceso que aún conservaba un escalón de mármol de Sierra Elvira. Mostraba claros signos de expolio del resto de decoración marmórea que sin duda tuvo en su época.

Había sido construido en torno al siglo IV d. C. y en su interior, en lo que era su cripta, había tres grandes tumbas, la central con una bóveda de arco de medio punto de ladrillo, y entre ésta y el espacio que ocupaba el esqueleto, una gran placa de mármol blanco. Las sepulturas que la jalonaban a ambos lados eran más sencillas, rectangulares, construidas también en ladrillo, pero dignificadas con respecto al resto porque sus paredes interiores estaban enlucidas con un mortero blanco. Cada una de ellas estaba ocupada por un individuo.

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Trabajos arqueológico sobre los muros del mausoleo, dentro del túnel del metro IDEAL

Lo relevante es que a partir de este enterramiento se generó una extensa necrópolis, tanto dentro como fuera del mausoleo, con una acumulación inusual de tumbas con la clara intención de pegarse a sus muros. Hasta siete fases distintas pudimos documentar, desde el siglo IV d. C. hasta el siglo VI-VII d. C.

Junto a este edificio, a escasos metros, había otro de planta rectangular, con unas dimensiones que duplicaba a aquél. Estaba organizado en dos estancias, y en el muro divisorio –en su cimentación– aparecieron algunos elementos singulares (un dolium o gran tinaja, huesos carbonizados y alguna cerámica) que posiblemente tengan que ver con algún ritual fundacional. Dentro también había algunos enterramientos, lo mismo que adosados a las paredes exteriores, pero en un número menor. De hecho, esta construcción es más tardía.

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Interrogantes

Pero nos surgen dos preguntas. La primera, ¿qué hace un mausoleo en esta zona, relativamente alejado de Ilíberis? Y la segunda, ¿por qué esa obsesión por enterrarse junto al edificio durante tantos siglos? La excavación mostró que antes de la construcción del edificio funerario existían restos construidos que podrían formar parte de una villa del siglo I-II d. C. y que tras su abandono parcial, fueron sustituidos por el mausoleo.

La acumulación de enterramientos en torno a un edificio o a un lugar concreto en estos siglos de la Antigüedad es un fenómeno asociado al cristianismo primitivo conocido como 'tumulatio ad sanctos'. Es decir, acumulación en torno a los santos o lugares sacralizados. Está relacionado con el culto a los mártires, que se extendió enormemente por esas fechas por toda la Península Ibérica, y este fenómeno se producía bien cuando existía la tumba de un personaje considerado mártir o santo, bien cuando se conservaba en su interior la reliquia de alguno de ellos. Estos centros de culto recibían el nombre de 'martyrium'. También solía producirse el mismo fenómeno en torno a edificios religiosos bajo la advocación de alguno de estos personajes.

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Trabajos de excavación del mausoleo y enterramientos. IDEAL

El mausoleo del Camino de Ronda, esquina con la calle Recogidas, se encuentra por tanto en el espacio suburbano de la ciudad romana, intercalado entre las villas que conocemos de los Mondragones, la antigua estación de autobuses y la de la Plaza Rafael Guillén, y es una muestra de las creencias de los antiguos granadinos en los primeros siglos del cristianismo, que arraigó firmemente en nuestra ciudad a partir del primer concilio católico, el concilio el Iliberis (o de Elvira) a principios del siglo IV d. C.

Ficha técnica

  • Localización. Metropolitano de Granada. Camino de Ronda, entre la c/ Recogidas y c/ Virgen Blanca.

  • Descripción. Mausoleo de época tardorromana y necrópolis asociada alrededor del edificio, con un largo periodo de uso. Junto a éste, existió otra construcción de mayores dimensiones, un poco más tardía.

  • Cronología. Se fechan entre el siglo IV d.C. y VI-VII d.C.

  • Tipo de protección. La zona tiene protección arqueológica en el PGOU de Granada, por noticias antiguas de la aparición de restos romanos. Los restos, tras su excavación, fueron desmontados. Las principales tumbas del interior del mausoleo fueron llevadas al Museo Arqueológico de Granada, para una posible reconstrucción en el futuro.

Lamentablemente los restos óseos que había en el interior de la tumba central, la más monumental, se encontraban en un pésimo estado de conservación, habían sido movidos y poco se pudo saber sobre el origen del ocupante. Lo que sí está claro es que debió de ser un personaje importante, capaz de construirse, o que le construyeran, un mausoleo y de generar que su tumba fuera venerada durante muchos tiempo.

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