Sala principal de los baños árabes situados en la Carrera del Darro, el Bañuelo. IDEAL

Los secretos del 'templo' de los baños árabes en la Granada del siglo XI

Granada Arqueológica ·

El edificio, conocido popularmente como el Bañuelo, completa todo el circuito termal e incluso las zonas de servicio

Sábado, 19 de junio 2021, 23:52

La existencia de baños en la Península Ibérica es una aportación de la cultura romana que popularizó la presencia de termas públicas y privadas –conocidos como balnea, plural de balneum– caracterizadas por la existencia de un circuito de salas con diferente temperatura –fría, templada y ... caliente– que pasó con ligeras modificaciones a la cultura islámica con el nombre de hammam. Si en la cultura clásica el edificio de las termas jugaba un papel relevante en la vida pública, en la cultura islámica, tanto urbana como rural, su presencia se hizo aún más importante por su vinculación desde fechas muy tempranas con las prácticas religiosas, multiplicándose de forma rápida por la medina, barrios, arrabales y alquerías. En Granada fueron muy numerosos. Aún existen los del recinto palatino de la Alhambra, donde se conservan baños muy interesantes en la alcazaba, en los palacios reales y en los de las familias aristocráticas, como en el palacio de los Abencerrajes; los restos de los baños de la calle del Agua, en el Albaicín; los conocidos como 'Casa de las Tumbas' en la calle Elvira; otros aparecidos a mediados de la década de los 80 del siglo XX en el colegio de las Mercedarias y los del Bañuelo, en la Carrera del Darro.

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Además, por las fuentes históricas sabemos que existieron muchos más como el del Mauror, debajo de Torres Bermejas, ya arruinado a principios del siglo XVI. En el Zacatín, junto a la ribera del Darro, existió el baño de los Alcorqueros; en la esquina de la calle del Moral con Santiago, el de los Alfareros, y el del barrio de Abu-l-Asi, junto a la Catedral, el afamado Hammam al-Sawtar. Pero existieron sin duda muchos más, como por ejemplo el que fue excavado parcialmente cuando se hicieron las obras del Mercado de San Agustín, que hoy día se encuentra oculto debajo de la pequeña plaza que lo precede, o los posibles restos de un pequeño baño privado en el callejón de los Franceses, en la plaza de la Romanilla, a los que hay que sumar otros con un carácter más simbólico como el descubierto recientemente junto a la subida a la Alhambra por la Puerta de las Armas, junto al revellín.

Conexión entre la sala caliente y la zona de servicio del Bañuelo. IDEAL

Sin duda eran construcciones muy abundantes en el paisaje urbano de la Granada nazarí, vinculados a la existencia de lugares de culto, como mezquitas y rábitas, siempre cerca de ellas, pero no de forma exclusiva porque también eran espacios de sociabilidad, tanto para hombres como mujeres, ubicados estratégicamente en calles principales o muy frecuentadas por su proximidad a los espacios comerciales. Su uso por sexos estaba regulado, evitando la confluencia en el mismo horario, y se mantuvieron hasta el siglo XVI, siendo una de las costumbres de los moriscos más arraigadas y diferenciadoras con los cristianos viejos y por la que más lucharon para evitar su prohibición. Solo hace falta recordar el alegato que hizo Francisco Núñez Muley en 1566 ante el presidente de la Chancillería de Granada para evitar su prohibición: «Baños hubo siempre en el mundo por todas las provincias, y si en algún tiempo se quitaron en Castilla, fue porque debilitaban las fuerzas y los ánimos de los hombres para la guerra. Los naturales deste reino no han de pelear, ni las mujeres han menester tener fuerzas, sino andar limpias».

El uso de los baños estaba regulado por sexos, evitando la confluencia en el mismo horario

De todos ellos nos vamos a centrar en uno de los monumentos más visitados del Albaicín: el popular Bañuelo. Situado en la Carrera del Darro, junto al Maristán, la casa árabe de Zafra y el Puente del Cadí, forman un enclave patrimonial muy interesante para conocer la historia de la ciudad. Su nombre real es el del baño del Nogal –hammam al-Yawza– siendo identificado con un diminutivo por ser un edificio de menores dimensiones que el gran baño del arrabal del Albaicín, el de la calle del Agua.

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Observaciones de Gómez Moreno y Torres Balbás

Del Bañuelo se ha escrito mucho, pero siempre partiendo de las observaciones que hiciera en su día Manuel Gómez Moreno y años más tarde Leopoldo Torres Balbás, cuando emprendió su restauración. Tradicionalmente se dice que es un edificio del siglo XI d.C. por la presencia de capiteles de esta época, junto con otros más antiguos, cronología que le fue asignada por el erudito granadino en sus primeros trabajos. Tampoco Torres Balbás contradice a Gómez Moreno, de modo que desde entonces se presenta como un baño público de época zirí. No obstante, la presencia de capiteles califales y del siglo XI era un constante en muchas de las construcciones más tardías por el carácter simbólico y de prestigio que suponía su exhibición, como recuerdo de un pasado esplendoroso.

Ficha técnica

  • Localización Carrera del Darro nº31, Granada. Forma parte de la Dobla de Oro.

  • Descripción Baño árabe que conserva todo el circuito termal al completo, incluso las zonas de servicio. Acceso histórico desde la c/Bañuelo.

  • Cronología Tradicionalmente se fecha en el siglo XI, pero quizás sea una obra más tardía, del siglo XII-XIII.

  • Tipo de protección Está declarado Monumento Nacional desde 1918.

Trabajos recientes de arqueólogos y arquitectos hacen una lectura novedosa que nos permite reinterpretar el Bañuelo. En primer lugar, el acceso se encontraba en el mismo sitio que el actual, aunque con otra configuración, dando paso a lo que hoy es el patio, pero que en origen fue una amplia sala cubierta destinada a descansar y prepararse antes de acceder al circuito del baño. Hasta hace poco tiempo se interpretó como un patio y que el arco de herradura que da acceso al resto de las estancias era el lugar que ocupaba el vigilante de las instalaciones.

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Galería con capiteles califales y acceso a sala templada. IDEAL

Junto a este lugar se encontraban las letrinas, que evacuaban directamente al río y desde aquí se pasa a la sala fría, que es de menores dimensiones para luego acceder a la templada, conocida como bayt al -wastani, que es la más monumental de todas, con numerosas lucernas y pórticos sustentados en arcos con capiteles de distinta época, en donde la entrada de la luz crea un ambiente muy especial. Inmediatamente después se encuentra la sala caliente con dos pequeñas estancias en los extremos para albergar piletas de agua. En el centro se abre hoy el acceso a la zona de la leñera y caldera, donde se preparaba toda la infraestructura del baño. Aunque hoy día vemos abierta toda la conexión del área de servicio con las estancias del baño, en origen estarían separadas por un muro.

Hoy en día es el mejor ejemplo de hammam o baño árabe que conservamos en la ciudad de Granada.

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